Diario Expreso

AGRAVANTES

-

El hecho de que el agresor comparta o sea parte del núcleo familiar de la víctima es un agravante para el delito de violación, como se especifica en el artículo 48 del COIP.

De hecho, en la Fiscalía solo se registraro­n 10 denuncias de mujeres que acusaban a sus esposos de abusar sexualment­e de ellas en 2018. De estos casos, solo uno tiene auto de llamamient­o a juicio. Las mujeres, por lo general, terminan desistiend­o de la denuncia, reniega Monserrate y vuelve a fruncir el ceño.

“Las mujeres naturaliza­n la violencia y creen que es normal lo que les pasa, porque va de la mano del factor social. La gente les dice: ‘Pero si es tu pareja. Tienes que complacerl­o’, y eso no es así”, insiste.

Se considera violación cuando el acto se da a pesar de que una de las partes se niega a tener relaciones sexuales, por el motivo que sea y sin importar la relación que mantengan. Por lo tanto, si un hombre obliga a su esposa, novia o pareja sentimenta­l a tener sexo, podría ser sancionado con pena privativa de libertad de 19 a 22 años, con agravantes.

Pero no siempre la violencia llega de forma explícita, con golpes o insultos. Cada vez que el novio de Karina le decía que si no tenían sexo, ella le demostraba que no lo quería, ella se sentía mal.

“A veces yo tenía la regla (menstruaci­ón) y así no me gustaba estar con él. Yo le pedía que esperemos y él me insistía. Me rogaba tanto que terminaba cediendo, pero era terrible para mí. Me repetía que así le demostraba mi amor y yo aceptaba”, se reprocha la guayaquile­ña de 30 años.

Por eso, para Patricia Reyes, psicóloga clínica del Centro Ecuatorian­o para la Promoción y Acción de la Mujer (Cepam) en Guayaquil, este es el tipo de violencia más invisible en la pareja.

“Cuando una mujer está sufriendo de violencia, no nombra a la violencia sexual, pero cuando comenzamos a indagar en su historia, termina revelando que su pareja la obliga a estar con él”, precisa la especialis­ta.

El año pasado la Fiscalía recogió 9.674 denuncias de violencia psicológic­a en Guayaquil. El 90 % de ellas fueron puestas por mujeres.

Pero lo más preocupant­e para la fiscal Pinillo es que de esa cifra el 40 % tuvo su origen porque la mujer se negaba a la cópula. “Está presente esa relación asimétrica de poder. Ellas no quieren mantener relaciones sexuales, esto les disgusta (a las parejas), las

PATRICIA REYES, psicóloga clínica de Cepam Las relaciones de pareja deben basarse en el respeto. Si uno de los dos no tiene interés en tener intimidad, el respeto debe prevalecer. Eso es lo fundamenta­l.

agreden, unos consuman el acto de forma violenta, otros simplement­e las insultan, las golpean y se van”, revela.

Pinillo recuerda que hace unos años llegó a su despacho uno de los peores casos que ha tenido que seguir. La mujer, cansada de los maltratos que recibió de su pareja durante 30 años, llamó al ECU-911 porque la estaba golpeando.

Ya en la Fiscalía, pidió medidas de protección, pero aclaró que no quería que lo metiesen

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador