A Enrique Pita
Hace varias decenas de años conocí a Enrique Pita, cuando un grupo de jóvenes guayaquileños, le apostaron a apoyar a la Izquierda Democrática en nuestra ciudad. Para muchos era un escándalo que cuando solo estaban las opciones de ser conservadores, liberales o del CFP, un grupo de nuestros más brillantes jóvenes, decidieran apoyar a un movimiento político con sede en la capital, y para colmo socialista. En esos tiempos estaba la ID vista desde la ciudad-puerto, casi en el mismo espacio político que los entonces antisistema: el FADI o el MPD. Por eso, a quienes sabemos cuál es en el fondo su línea política, nos llama la atención que hoy los socialcristianos lo llamen correísta; los correístas lo llamen socialcristiano, y sea representante de los libertarios de CREO en el Consejo Nacional Electoral. Su rol de vicepresidente del CNE nos tranquilizó a muchos en la sana expectativa de que esta vez no exista la mano del fraude, que fue algo escandaloso e impresentable en las últimas elecciones presidenciales.
Lo cierto es que no importando cuál es su tinte, es sinónimo de seriedad. Siempre ha sido un caballero, luchador político, ser humano íntegro, dispuesto a sacrificar su tranquilidad para mejorar este, nuestro querido país, y tiene su mérito, cuando los demás huyen despavoridos al oír la posibilidad de entrar en la vida pública como políticos. Por eso si Enrique Pita dice que no está bien manejado el Consejo Electoral de hoy, yo le creo, y llama la atención que a un mes de las elecciones se denuncien públicamente manos negras a diestra y siniestra. Si no tenemos garantizada la pureza en el control electoral,
...por eso si Enrique Pita dice que no está bien manejado el Consejo Electoral de hoy, yo le creo’.