Francisco pide escuchar “el grito de los pequeños”
190 líderes religiosos tratan en el Vaticano la pederastia en la Iglesia ❚ Presentan 21 puntos a implementarse ❚ Víctimas de abusos describen el horror padecido
El papa Francisco inauguró ayer la cumbre sobre abusos que se celebra en el Vaticano hasta el domingo. Ante una audiencia formada por 190 líderes religiosos (entre presidentes de conferencias episcopales, representantes de iglesias orientales, jefes de dicasterios de la curia y obispos sin diócesis), Francisco recordó la finalidad de la histórica reunión. “Os he convocado para que todos juntos nos pongamos a escuchar el grito de los pequeños que piden justicia”.
En una presentación corta y austera, el Papa subrayó la necesidad de cambiar el rumbo y cerrar la hemorragia por la que se desangra la Iglesia católica con acciones precisas. “Yace sobre nuestro corazón el peso de la responsabilidad pastoral. El santo pueblo de Dios nos mira y no solo espera de nosotros simples y obvias condenas, sino todas las medidas concretas y eficaces que se requieran. Hace falta ser concretos”, exhortó.
Antes de comenzar las ponencias, Francisco repartió un documento que había preparado personalmente: 21 puntos concretos que deberán debatirse e implantarse tras la cumbre. Desde la creación de una suerte de defensor de las víctimas en las diócesis, a “la elaboración de un vademécum en el que se especifican los pasos a seguir por la autoridad en todos los momentos clave del surgimiento de un caso”, a la modificación de la ley canónica que aumentará en dos años la edad mínima para el matrimonio de las mujeres, hasta ahora fijada en 14 años. Una medida crucial en el tercer mundo y que ni los organizadores sabían que se pondría sobre la mesa.
Las reivindicaciones más exigentes de las víctimas no están en el documento de partida. Tres puntos básicos que implican la dimisión del estado clerical de cualquier abusador, la apertura de los archivos y la obligatoriedad de trasladar a la justicia ordinaria todos los casos. Pero también serán tenidas en cuenta, reveló en un encuentro con la prensa el arzobispo de Malta y secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Charles Scicluna. El prelado maltés no ocultó la necesaria acción de la justicia civil para tratar con precisión los abusos. “Nosotros no tenemos medidas coercitivas, los Estados sí. Estamos lidiando con conductas que son crímenes y tenemos que estar sujetos a la jurisdicción civil”. En casos como la pornografía infantil, recordó Scicluna, la Iglesia ni siquiera tiene métodos de investigación informáticos. “El Estado sí”.
De este modo, con una plegaria y un vídeo con testimonios de cinco víctimas se inició ayer en el Vaticano la histórica cumbre contra los abusos sexuales en la Iglesia. “Desde que tenía 15 años mantenía relaciones sexuales con un sacerdote. Esto duró 13 años seguidos. Estuve embarazada tres veces, él me hizo abortar tres veces. Simplemente porque él no quería un preservativo ni un método anticonceptivo. Al principio tenía tanta confianza en él, que no sabía que podía abusar de mí. Tenía miedo de él. Y cada vez que me negaba a tener relaciones, me pegaba. Y como yo dependía totalmente de él económicamente, sufrí todas sus humillaciones”, pudo escucharse con toda claridad de una de las víctimas en el aula Paolo VI del Vaticano. Uno de tantos testimonios terroríficos que permiten certificar que ya jamás ningún obispo o conferencia episcopal puede vivir al margen de esta realidad.
ECOS LA FRASE He sido acosado sexualmente mucho tiempo... me ha creado traumas... es difícil vivir.
Cada jornada habrá varias ponencias, 10 grupos de trabajo divididos por idiomas y una sesión de conclusiones diarias. Se manejan tres temas centrales: la responsabilidad de los obispos, la rendición de cuentas y la transparencia.
El domingo, el Papa dará un discurso de clausura en el que se espera obtener alguna medida concreta tras la cumbre. Las víctimas presionan para que se cumpla el discurso de “tolerancia cero” del Papa.