RINA LITUMA DE GARCÉS
Es la presidenta de la Asociación Coordinadora del Voluntariado del Guayas (Acorvol), que regenta a 63 fundaciones de la provincia. Lleva 35 años como parte de la institución, tiene una maestría en Gestión Empresarial y una licenciatura en Comunicación Social.
EL CONTEXTO Las instituciones de ayuda social han atravesado en los últimos cuatro años por episodios que las pusieron en aprietos y que causaron cierres.
Las fundaciones guayaquileñas están atravesando por severos problemas económicos y por falta de manos que ayuden a continuar con la labor solidaria. Rina Lituma de Garcés, presidenta de Acorvol, cuenta lo que está ocurriendo en las instituciones. - ¿Cómo está la situación del voluntariado guayaquileño? - El voluntariado está necesitado de recursos y además está envejeciente. Por ejemplo, en estos días los representantes de una fundación nos comentaron que eran las exalumnas de un colegio quienes ayudaban y donaban, pero que muchas de ellas ya han fallecido y que otras están muy mayores y no tienen la energía de antes. - ¿El apoyo a las fundaciones ha ido disminuyendo? - El año pasado fue terrible y este se perfila peor. Es el resultado de todos los problemas que hemos tenido en el país, la inestabilidad política y los problemas económicos, que están golpeando a las empresas y a la vez a las fundaciones ecuatorianas. - ¿Algunas podrían cerrar? - Sí, hay algunas que están pasando por momentos críticos, como Sor Dominga Bocca (albergue para niñas sin hogar), Techo (construcción de viviendas), fundación Cariño (programa contra la desnutrición infantil) y Asenir (escuela para niños con capacidades especiales). En este último caso, la presidenta tuvo que hacer un préstamo personal para pagar los sueldos de diciembre. Estamos viviendo una situación complicada. - Y antes habían cerrado otras agrupaciones... - El año pasado cerraron Madre Teresa, Soroptimist, Gabriela María... - ¿Cómo revivir entonces al voluntariado guayaquileño? - Hay que empujarlo muchísimo. Debemos tratar de que el voluntariado juvenil se integre a nuestras filas, aunque sea dando unas horas a la semana como hacen muchas instituciones. Por ejemplo, los dispensarios de algunas de nuestras organizaciones