Una buena oportunidad
El control de la administración pública debe convertirse en una política de Estado. Un paso importante para que ello ocurra fue el seminario internacional Tribunal de Cuentas y Control Público, realizado en Quito el 21 y el 22 de febrero, organizado por la Contraloría General del Estado, con el apoyo del BID y de la Universidad Andina Simón Bolívar. Concurrieron representantes de organismos de control de varios países, como Francia, Argentina, Italia, México, España y personalidades de los sectores público y privado del Ecuador.
En esta oportunidad, el procurador general subrogante Pablo Celi explicó, de manera detallada, su proyecto para la creación del Tribunal de Cuentas del Estado, a partir de la constatación de nudos críticos que han caracterizado las condiciones de evolución histórica de ese organismo técnico de control desde su creación hasta el momento actual, y de la observación de los interesantes resultados que se han logrado en otros países que han adoptado estructuras modernas para velar por el buen uso de los recursos públicos y por la correcta aplicación de los programas y el cumplimiento de los objetivos institucionales. En esa línea, planteó la necesidad de instancias con programas específicos pero complementarios que cubran las acciones de investigación, juzgamiento y recuperación de valores, en caso de que estos hayan sido desviados de sus verdaderas finalidades.
Esta nueva modalidad de control se encaminaría a asegurar los principios de autonomía e independencia en sus funciones y la presencia de condiciones profesionales y técnicas, exentas de condicionamientos políticos o personales. Se trata de la vigencia de una entidad, la Contraloría General del Estado, como Tribunal de Cuentas integrado por siete “ministros auditores” y, en ese sentido, instrumento de garantía para evitar la imposición de prácticas concentradoras y centralizadoras de poder y decisión.
Es una propuesta coherente, probada en otras experiencias nacionales y que apunta a una transformación institucional verdadera.