El aguacero no solo trajo agua
la mañana de ayer, Juan Mendoza Martínez mostraba su pie derecho con vendas; curaciones de las heridas que le provocó su intento de remediar una situación que ponía en riesgo su casa: “Tuve que destrozar una puerta porque el agua se había acumulado en la casa vecina”, le contó a EXPRESO.
La vivienda de la familia Carvajal Guerrero, que la desocupó 1. Urbanor. Así quedó una de las calles de esta ciudadela, a un costado de la av. Las Aguas. 2. Martha de Roldós. En el sector de Colinas, el agua del cerro provocó el colapso de una casa. 3. Efectos. La lluvia del pasado domingo inundó a la ciudad.
Yo tengo recién un año trabajando aquí. En mi local saqué como 10 tanques de agua. Siempre que llueve, el agua ingresa. Esta vez el viento también nos perjudicó.
hace seis meses por un viaje, quedó con las paredes destrozadas internamente. “Hace ocho años pasó algo similar. Esa vez el agua ingresó a mi casa, por eso tuve miedo de que volviera a pasar. Me ayudaron varios vecinos. Todos estábamos en riesgo”, dijo Mendoza.
Las escalinatas del cerro Santa Ana parecían una cascada. Javier Muñoz estuvo hasta las 04:00 sacando el agua de su local de variedades en la escalinata 267. Él dice ya estar acostumbrado, pero ‘tiembla’ cada vez que llueve porque sabe que no dormirá tranquilo.
Lo mismo hizo esta mañana Efraín Miranda, pero en la ciudadela El Paraíso. Las alcantarillas amanecieron taponadas con basura, que hizo que el agua ingresara a su vivienda. “El nivel llegó hasta los 20 centímetros”, se lamentaba el morador.
En Miraflores, Virginia Miranda señalaba, molesta, el mal estado de una alcantarilla de aguas servidas. La lluvia hizo que se rebosara y el olor era insoportable, renegaba.
La ‘resignación’ es una palabra que se repite en sus labios. Un sentimiento que no evita que su ceño se frunza cada vez que la naturaleza causa estragos en la ciudad.