Diario Expreso

Se alistan los retadores de Trump

- Project Syndicate

Faltan solo cuatro meses para el primer debate entre precandida­tos demócratas para la elección presidenci­al de 2020 en Estados Unidos y la campaña se adelantó. Esta elección será trascenden­tal para EE. UU., sus aliados y adversario­s, sus socios comerciale­s y la economía mundial. Está en juego la política de EE. UU. en comercio internacio­nal, energía, fiscalidad corporativ­a, deuda, defensa, cambio climático, etc. Es demasiado temprano para predecir quién obtendrá la nominación por el Partido Demócrata. Pero con doce precandida­tos en carrera, es evidente que los demócratas consideran que la posición del presidente Donald Trump es extremadam­ente vulnerable (su índice de aprobación actual ronda el 44 %). Se justifica salir a capturar temprano el campo demócrata. Hasta ahora la atención estuvo puesta en los senadores: Kamala Harris (California), Cory Booker (Nueva Jersey), Kirsten Gillibrand (Nueva York), Elizabeth Warren (Massachuse­tts), Amy Klobuchar (Minnesota) y Bernie Sanders (Vermont). Se espera que el exvicepres­idente Joe Biden también sea de la partida; las primeras encuestas lo colocan en primer lugar y a Sanders segundo. También es probable que compitan el multimillo­nario exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg, el senador por Ohio Sherrod Brown y el mediático Beto O’rourke. Los precandida­tos demócratas actuales se dividen en dos campos. Los más izquierdis­tas (Sanders, Warren, Harris, Booker y Gillibrand) son partidario­s de una enorme expansión del Estado, en línea con el modelo socialdemó­crata escandinav­o. Esto implica impuestos más altos a los ricos y a las corporacio­nes y la provisión de un sistema estatal de salud. También defienden una reestructu­ración radical del sector energético estadounid­ense bajo el Green New Deal, que cuenta con el respaldo de la nueva congresist­a demócrata Alexandria Ocasio-cortez, entre otros. La iniciativa propone readaptar todos los edificios en EE. UU. para que sean ecológicam­ente eficientes, acelerar el abandono de los combustibl­es fósiles y reemplazar la mayor parte del transporte aéreo de pasajeros por un sistema nacional de trenes de alta velocidad. También incluye la típica lista de objetivos de “justicia social” de la izquierda. Por el lado republican­o: el exgobernad­or de Massachuse­tts William Weld y el exgobernad­or de Ohio John Kasich. El factor más importante en la elección de 2020 será el estado de la economía, en la actualidad muy sólido, en parte por la reforma impositiva de Trump y a su anulación de asfixiante­s regulacion­es de la era Obama. El problema de Trump en 2020 será convencer a suficiente­s votantes del medio. Las encuestas muestran que lo que más quieren los demócratas es alguien capaz de ganarle a Trump. Si las perspectiv­as de reelección de Trump se debilitan, aumenta la probabilid­ad de que resulte nominada una figura de izquierda con una agenda radical, que podría ser un desastre electoral para los demócratas si los índices de aprobación de Trump mejoran. Si la elección fuera muy pareja, el resultado dependerá de un reducido número de estados disputados, entre ellos algunos del Medio Oeste con votantes de clase trabajador­a que se sienten atacados por las políticas de los demócratas en el nivel nacional. Por ahora, lo mejor que tienen a su favor los competidor­es demócratas, de no mediar una desacelera­ción económica, es la conducta de Trump. La mejor esperanza para Trump es la agenda política radical de muchos precandida­tos demócratas. Si las tendencias se mantienen, la elección presidenci­al de 2020 puede ser tan dramática e impredecib­le como la anterior.

Si las perspectiv­as de reelección de Trump se debilitan, aumenta la probabilid­ad de que resulte nominada una figura de izquierda con una agenda radical’.

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ADRIÁN PEÑAHERRER­A / EXPRESO
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