A elegir modelo de gestión
En trece días estaremos sufragando, sufragio que muchas veces es realizado a la ligera, pese a que nos jugamos el destino de la comunidad, si nos referimos a la elección de alcaldes, concejales, prefectos provinciales; y de la nación toda, si nos referimos a la integración del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, Cpccs.
Las pautas publicitarias por medios audiovisuales y redes sociales agobian con su baratillo de ofertas. Muchos de los aspirantes realizan ofrecimientos ajenos a las competencias de los cargos a los que aspiran a acceder. Al parecer, no importa si lo que se ofrece no se puede hacer, lo importante es convencer al votante y acceder al cargo, luego ya se verá; estrategia que se constituye en el cimiento del populismo, el cacicazgo, el padrinazgo y compadrazgo, que vienen destruyendo la economía e institucionalidad en el Ecuador.
¿A qué se denomina modelo de gestión? Es el esquema para la administración de una entidad; así tenemos modelos de gestión populista, de un estado obeso, corrupto, con inseguridad jurídica y política, falta de procedimientos técnicos, que lo llevan a incumplir con sus funciones administrativas de manera eficiente y eficaz, ya que predomina el criterio político por sobre el técnico, pues lo fundamental es la lealtad partidista por encima del interés general. Los ecuatorianos padecimos bajo dicho modelo fracasado de gestión durante los 10 últimos años de la “revolución ciudadana” y continuamos pagando la factura.
La contraparte es el modelo de la técnica y eficiencia, donde el fin es el interés general, mínima burocracia, eficiente, estable con base en el mérito de su trabajo y no al padrinazgo, ni a la compra del puesto; un modelo de gestión con procedimientos institucionalizados, que limitan la arbitrariedad del gobierno, preservan la libertad del ser humano y sustentan su accionar en la vocación de servicio, no en la lealtad partidista. Los guayaquileños hemos vivido los últimos 27 años bajo este modelo de gestión.
Este 24 nuestra responsabilidad es escoger el mejor modelo de gestión y no al político “avión”.