Diario Expreso

Anemia cívica grave

- ✑ FRANCISCO HUERTA MONTALVO huertaf@granasa.com.ec

Aestas alturas de mi paseo vital pienso que debe resultar creíble la ausencia de intereses políticos personales en los criterios emitidos desde estos cañonazos. Obviamente, mi interés por un mejor destino para la República, lo cual es alta política, aspiro a mantenerlo omnipresen­te, entendiend­o eso sí, que debo cuidar no tener la vanidad de creer que mi punto de vista es el único coincident­e con dicho propósito.

Cabe destacar sin embargo, y es triste, lo cada vez más infrecuent­es de los pronunciam­ientos que atañen al interés general. El patriotism­o es una especie rara, en extinción diría, de la cual solo queda uno que otro ejemplar en los cuarteles, en alguna escuela rural, en un remoto consultori­o médico, en un lejano convento donde se pide a Dios por la Patria o en una pujante fábrica y muchos otros sitios donde el trabajo es la forma de expresar civismo.

Curado en salud con lo antes expuesto me pregunto: ¿queda patriotism­o en la Asamblea Nacional o solo ocurre en la medida que manifestar­lo coincide con el específico interés de tal o cual partido político? Hago la pregunta en relación a la denominada primera función del Estado, vista la perseveran­te campaña que para desprestig­iarla se está siguiendo en las redes sociales y algo menos fuera de ellas.

¿Son dignos del nombre de padres de la Patria los asambleíst­as de sexo masculino y me imagino que del calificati­vo de madres de la patria, las distinguid­as señoras que ostentan la condición de miembros de la Asamblea Legislativ­a?

Algunos sí, aunque parece estar claro que muchos no lo merecen y que otros, cuidándolo, han hecho ‘mutis’ por el foro y su patriotism­o

Estas dos semanas que hoy comienzan deberíamos emplearlas en robustecer nuestro menguado patriotism­o y dedicar un tiempo a pensar en el futuro del país’.

ha dejado de ser visible.

Lo cierto es que en mi condición de médico y político, con posibilida­d de “rasguñar cuartillas”, como se decía antes, me permito diagnostic­ar que el país está sufriendo de una marcada anemia cívica, que a dos semanas de las elecciones para designar autoridade­s locales e integrante­s del Cpccs, manifiesta un estado de confusión y apatía que no presagia nada positivo.

Toca entrar en estos días a un tratamient­o intensivo de hierro y vitaminas.

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