Teófilo Jiménez, el último de los canoeros, navega llevando pasajeros

Navegando por el río en presurosa canoa, un panorama sombrío mismamente la ahoga.

Acabándose la gloria de una época pasada, el buen recuerdo aflora pa’ que pueda ser contada. Las canoas abundaban según Teófilo Jiménez, más de cuarenta apeaban cual caballeriza sean.

Bajando el río vienen recogiendo pasajeros, pasando por “vista alegre” conocidos canoeros. Era Juanito Romero, él de naidien se dejaba,vigoroso canaletero a brazo partido remaba. Vidal Cruz se cruzaba quitándole la clientela, Segundo García gritaba ¡muchos pasajeros lleva! Llegando a “Madera Negra” Guillermo Ladínez estaba, desde su barca a tierra algunos viajantes dejaba.

Saliendo pa’ “Río Seco” Jaime Ladínez viajaba, recibiendo el aire fresco en su canoa fletada. Mientras venía de bajada recién dejando una carrera, en el recinto “Boca e’ caña” Aparicio Sánchez era.

Había harta competencia, los viajantes no faltaban, saliendo con frecuencia unos subían otros bajaban.

El salón de “Nacho Vargas” de Tarifa el más afamado, Jaime y Vicente entraban por Aparicio acompañado.

Y una vez ya instalados tres cervezas se pedían, aguaitando por todos lados tronco de hembras habían.

La sugestiva Albertina mujer de talla y cintura, poseía estampa fina sofocante en calentura. Otro mujerón “la Maruja” que los dejaba sin aliento al mostrar su escultura a Juanito y a Guillermo.

Las épocas de parrandear Festejo en Samborondón, 26 de Julio sin fallar es sonada celebración. Los desfiles con honor el 10 de Agosto en Tarifa, es propicia la ocasión todo er pueblo se anima.

Por ninguna cosa se olvida 4 de Octubre se engalana, jarana bien concurrida mi recinto “Boca e’ caña”. Las canoas no se alcanzaban pa’ llevar a tanta gente, a los pueblos se trasladaban pa’ festejar alegremente. Don Teófilo Jiménez en su canoa “Teresita”, por el río va y viene como ánima bendita.

Enamorador de damitas al subir las galanteaba, cualquier pollona bonita un verso le arrejuntaba. Si la pollona aceptaba se llenaba de contento, sin cobrarle la paseaba de San Luis a Río seco. Creyéndose “gallo bello” coner buche bien inflao, agarrado por el cuello él terminó acotejado.

Más de treinta años transita caudaloso río “Los tintos”, y al mismo tiempo medita ahora todo es tan distinto. Poco a poco se extinguen el “boca chico”, “el ratón”, por onde quiera que se mire disminuyendo la población.