Ciudad del futuro, sin empuje
1. Tranvía. Como en Europa, este sistema de transporte podría revolucionar o no la movilidad en la urbe. 2. Mercado. El mayorista, es el principal de la ciudad. Sin embargo, sus comerciantes se quejan de que está colapsando. 3. Terminal. Los usuarios consideran que es necesaria la reubicación de la terminal terrestre. Cabrera aparece junto a la leyenda: “Mercado seguro con botón de auxilio”.
Hace un mes cambiaron el techo de los locales. Es la última remodelación que recuerdan. El alcalde, nuevamente en época de campaña, les ofreció la mano de obra gratis. Eso sí, los comerciantes costearon el valor de las planchas de zinc. Mercedes Jarama, de 55 años, ha trabajado en el mercado más de la mitad de su vida. Dice que hay demasiados vendedores, que los camiones evitan el paso de los compradores. Pero lo más polémico es el cobro del parqueadero a las amas de casa que llegan a hacer compras, suelta Mercedes. Porque, al tener que pagar un dólar, ellas prefieren ir a un centro comercial.
Para Edith Landi, que aguarda detrás de una línea amarilla la llegada de algún cliente, las ventas informales ensucian la fachada. Y aunque las autoridades tratan de tomar el control, los vendedores se resisten. “Son 4.000 comerciantes (regulados)”, dice una funcionaria que aparece el viernes en la mañana con varios guardias de seguridad. Pide a la gente que respete la línea amarilla y deje libres los parqueaderos y las calles. Algunas personas reniegan, otras lo hacen con calma. Es el mal de todos los días.
La tierra prometida, con abundante miel y leche, necesita despegar. Ocupar su puesto. Y eso, auguran los habitantes, dependerá de su nuevo gobernante.