Ganar perdiendo
EDITORIAL
Se acercan las elecciones y los ecuatorianos no logran conocer en su totalidad a los más de 80 mil candidatos que buscan lograr un puesto en las seccionales, una misión casi imposible si se agrega la larga lista de postulantes al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social.
Muchos de ellos intervienen aun sabiendo que no tienen posibilidades de ganar y además con propuestas que no guardan relación con el puesto al que aspiran. Si la guerra es el arte de destruir a los hombres, la política lo es para engañarlos.
Daría la impresión de que esto dinamiza un proceso democrático que por muchos años estuvo dominado por una sola tendencia que arrasaba en cada convocatoria.
Sin embargo, todos reciben un fondo para financiar su campaña, el cual proviene de los bolsillos de los ecuatorianos, por lo que su participación debe ser tomada con responsabilidad, ya que no se puede seguir jugando a la ruleta con los recursos públicos.
Los réditos que logran quienes se lanzan a esta aventura política son, entre otros, potenciar su popularidad en la sociedad, fomentar las bases para una presencia más activa en la vida nacional, lograr contactos a todo nivel y alimentar un currículo que pueda ser usado para sus fines netamente personales.
También existe la sospecha de que algunos piden jugosos porcentajes a proveedores y difusores de propaganda por la pauta publicitaria de sus planes de gobierno, situación que empaña aún más la tan mancillada institucionalidad
Muchos de ellos intervienen aun sabiendo que no tienen posibilidades de ganar y además con propuestas que no guardan relación con el puesto al que aspiran.’
del país.
Tras el proceso electoral, los que quedaron relegados no lamentarán unos resultados ya previstos y vivirán de lo obtenido gracias a una comunidad desencantada por los mismos de siempre.
La lección que dejan estos comicios es sencilla: no siempre una mayor intervención social es garantía de buena salud de la democracia, ya que hay avivatos que quieren valerse del sistema para sobrevivir.
Las autoridades deben investigar exhaustivamente cómo se usaron esos fondos y quiénes fueron los encargados de la contabilidad partidista, para que no vuelvan a tomarle el pelo a los ecuatorianos que quieren poner su destino en buenas manos, lejos de aquellos que depredaron los recursos y se fueron sin ninguna explicación.