Masacre extremista en Nueva Zelanda
Al menos 49 muertos en un atentado contra dos mezquitas ❚ Hay varios detenidos ❚ La policía identificó al presunto autor
Un hombre, aparentemente un supremacista blanco, cometió ayer el peor atentado en la historia de Nueva Zelanda, al disparar a bocajarro con un arma automática contra dos mezquitas de la ciudad de Christchurch. Al menos 49 personas murieron y otras 20 resultaron heridas de gravedad, según confirmó la policía y la primera ministra del país, Jacinda Ardern.
Alrededor de las 14:00 (hora local) un individuo identificado por los medios locales como Brenton Tarrant, un ultraderechista xenófobo de 28 años, entró armado en la mezquita Al Noor y comenzó a abrir fuego indiscriminadamente contra los feligreses, según los testigos. Mató a 41. En el interior había entre 300 y 500 personas, afirmaron algunas personas que presenciaron los hechos. Poco después cometió otros siete asesinatos en la mezquita de Linwood, a seis kilómetros de la primera. El atacante lo transmitió en directo por Facebook a través de una cámara que llevaba sujeta a la cabeza. La última víctima falleció en el hospital al que fue trasladada.
EL DETALLE Neonazi. El presunto cerebro del tiroteo llevaba inscritos en sus fusiles los nombres de extremistas, incluido el neonazi español Josué Estébanez. LAS FRASES Horrible masacre, 49 inocentes han muerto sin sentido y hay muchos heridos. EE. UU. respalda a Nueva Zelanda. DONALD TRUMP, presidente de EE. UU. Mismásprofundas condolenciasalas familiasyamigosque hanperdidoseresqueridos enestatragediasin ningún sentido. JUSTIN TRUDEAU, primer ministro canadiense En este momento trágico, mis pensamientos y oraciones están con todos los neozelandeses. ISABEL II, reina de Inglaterra
Al menos tres fallecidos y cuatro heridos tienen pasaporte de Bangladés, según el consulado del país en Auckland. Cuando empezó el tiroteo, cerca de una veintena de miembros de la selección de críquet de Bangladés se encontraban en un autobús a 50 metros de la mezquita. Estaba previsto que hoy disputasen un encuentro, que ha sido cancelado, contra la selección de Nueva Zelanda.
La primera ministra dijo ayer que entre las víctimas podría haber además refugiados y migrantes. “Se trata de uno de los días más oscuros de la historia neozelandesa. Está claro que esto solo se puede describir como un ataque terrorista. Por lo que sabemos, estaba bien planeado”, ha declarado Jacinda Ardern.
Las autoridades han detenido a tres personas que ocultaban explosivos en sus coches. Una de ellas ha sido acusada de asesinato. Ninguna estaba bajo la vigilancia de las fuerzas de segu- ridad, ha confirmado la primera ministra. Los agentes no buscan a más sospechosos.
La policía cerró los accesos al centro de la urbe, la tercera mayor del país y la mayor de la isla sur, y pidió a la población que permanezca en sus casas. El nivel de alerta máxima decretado ha supuesto el cierre de todas las mezquitas del país, así como de los colegios y edificios públicos de Christchurch.
En el vídeo del ataque, de unos 17 minutos, se observa cómo el agresor, vestido con ropa militar, conduce hacia el lugar de los hechos, toma dos armas de su vehículo y con una de ellas (automática) dispara a quienes se encuentran en la calle y en la entrada de la primera mezquita. Ya en el interior vacía hasta tres cargadores. Cinco minutos más tarde regresa a su coche y cambia de arma para continuar la matanza. La policía de Nueva Zelanda empezó a actuar para que se elimine el vídeo de las redes sociales.
El comisario Mike Bush informó que Tarrant, acusado de asesinato, pasará hoy a disposición judicial. Según la prensa local, Tarrant es un entrenador personal australiano. En una cuenta de Twitter que ya ha sido eliminada, publicó un manifiesto titulado ‘The Great Replacement’ (‘El Gran Reemplazo’), en el que de- talla los motivos del atentado y reconoce que se inspiró en Anders Behring Breivik, el asesino noruego que en 2011 mató a 77 personas en Oslo y en la isla de Utøya. Según el diario The Guardian, ambos tuvieron un “contacto breve”. Behring Breivik está condenado hoy a un régimen de aislamiento.
En el texto, Tarrant se define como un “hombre blanco normal” que pretendía “cometer una barbarie para evitar otra mayor”, para “enseñar a los invasores que nuestras tierras nunca serán sus tierras, nuestra patria nunca será la suya, al menos hasta que el hombre blanco viva, y que nunca conquistarán nuestro país y nunca sustituirán a nuestra gente”.