Fuera de la “Uñasur”
Aunque solo fuese lo recientemente realizado, que aquí comento, el producto de la necesidad de hacer cosas que tengan un impacto interesante, visto el vacío de otras acciones relevantes, resulta grato poder aplaudir un acto del Gobierno y confieso que me gustaría tener más oportunidades de hacerlo.
Desde sus inicios, hace ya más de una década, la denominada Unasur me pareció un engendro, que aprovechando la vocación integracionista de las naciones de América Latina, decidió aglutinar a las del sur del continente, más con finalidades propiciatorias de diversos tipo de actos delincuenciales que con el ánimo de cumplir actividades realizadas en conjunto, buscando mayores posibilidades de éxito.
Con esa sospecha por delante, a poco de fundada, en una sede ecuatoriana (lo cual fue grato), el sectarismo de los países de la ALBA comenzó a presionar con fuerza en la toma de decisiones del organismo y ello generó la resistencia de los miembros no alineados con esa tendencia. El derrumbe se inició pronto y, sin duda, ello lesionó los pequeños avances en el ámbito de la integración que parece no poder lograr un mecanismo que la posibilite. Esperemos a ver lo que propone Chile.
Ahora, lo recientemente anunciado por el presidente Moreno, parece constituir el puntillazo de la malhadada organización y muy pocos lo van a lamentar. Resta saber si recuperaremos el edificio para otros usos tan nobles como convertirlo en universidad indígena.
Coincido entonces plenamente con la decisión de salir de lo que llame Uñasur y con la devolución de la estatua de uno de sus gestores. Solo una izquierda que se dejó
Tiene la integración de nuestros pueblos una nueva oportunidad. Ojalá el sectarismo no la despilfarre’.
corromper por los corruptos puede tener como uno de sus líderes más representativos a un “enloquecido por el dinero” (¿verdad, doctor Arosemena?).
Valga la oportunidad del fallido y desvirtuado actuar, para insistir en la necesidad de recuperar el mandato bolivariano, compartido por algunos de los ecuatorianos más ilustres, haciendo un esfuerzo serio y realista por la integración de nuestros pueblos, más allá de solo los temas económicos en los que, por supuesto, también hay que avanzar.