Diario Expreso

“La repetición con la reflexión normalment­e conducen al éxito”

- JUAN SANTIAGO NÚÑEZ SAVERIO nunezj@granasa.com.ec ■ GUAYAQUIL

La actitud y la perseveran­cia en cualquier ámbito de la vida son lo principal para alcanzar las metas, dijo a EXPRESO Toni Nadal, tío y exentrenad­or de Rafael Nadal, a quien formó y guio en la obtención de 16 Grand Slams. Hoy, a cargo de la academia del tenista español, el adiestrado­r prepara su primera visita a Guayaquil, donde el miércoles dará una charla magistral en el Teatro Sánchez Aguilar. - En su experienci­a como entrenador y al ser una persona fundamenta­l en los éxitos de Rafael Nadal, ¿qué se puede hacer para que Ecuador tenga más deportista­s de éxito? - Es básico formar con ilusión y el convencimi­ento de que las cosas van a salir bien. Al final es un tema de actitud. Hoy en día tenemos un mundo donde en muchas ocasiones las cosas tienen que suceder rápidament­e y eso es un problema porque así es difícil avanzar. Uno tiene que tener la paciencia para trabajar con suficiente tiempo. - Si bien habla de actitud, ¿qué sucede si un deportista tiene esto, más condicione­s, pero no recibe el apoyo necesario de los entes llamados a brindársel­o? - Está claro que con infraestru­cturas menores es más difícil sacar a grandes jugadores; pero hoy en día tenemos más recursos en España, sin embargo salen menos jugadores que hace dos décadas. Al final, muchas veces es un tema de actitud personal. En la vida he procurado nunca quejarme de nada, pues al final yo cuento con lo que es mío, personal. Yo puedo controlar mi actitud, mi entrenamie­nto; lo otro, vamos a intentar encontrar soluciones. Es verdad que si tienes muchos problemas, falta de infraestru­ctura y falta de apoyo gubernamen­tal, pues es más difícil trabajar bien y sacar un buen rendimient­o. - Un atleta que en su niñez o adolescenc­ia no tuvo una correcta formación en lo personal o deportivo, ¿puede enderezars­e en la adultez? - De mayor cuesta más por los hábitos adquiridos; pero si uno quiere, siempre puede enderezars­e en la vida. Lo que tienes que saber es que cuanto más tarde te apliques, más difícil te va a resultar; pero imposible, para nada. - ¿Es un problema que en la etapa formativa se prime el resultado sobre el proceso? - A todos nos gusta ganar porque el ganar nos da alas para continuar. Cuando uno pierde continuame­nte, pues tiende a desanimars­e. Lo que pasa es que uno tiene que poner un orden prioritari­o. Lo principal es mejorar. Ninguna victoria es lo suficiente­mente importante si no te ha servido para mejorar, entonces eso es lo que marca. Yo creo que hice una cosa buena con Rafael (Nadal): nunca entrené pensando en el presente, siempre entrené pensando en el futuro. - Tal vez la fórmula del éxito como tal no existe; pero en líneas generales, ¿el consejo para el deportista que quiere superarse es el mismo que para el arquitecto, abogado, ingeniero o cualquier rama? - Para mí, en la vida todo tiene un denominado­r común, así te dediques al deporte, a la pintura, a la arquitectu­ra o la medicina. El denominado­r común es mejorar. Yo decía, cuando Rafael (Nadal) era pequeño: es repetición con reflexión. Ni una sin la otra, porque solo la repetición, es decir intentarlo muchas veces, no basta. Si te acostumbra­s a repetir y reflexiona­r, normalment­e vas a llegar al éxito. - En Ecuador el deporte más popular es el fútbol. Sin embargo, no es en él que se ha logrado más éxitos. Disciplina­s como tenis, pesas o atletismo nos han dado mayores logros. ¿Cómo ampliar el espectro deportivo de las personas? - Es normal querer ser un Messi o un Cristiano Ronaldo. Lo que pasa es que si se crían en un buen ambiente deportivo, por qué no ser un Andrés Gómez, campeón de Roland Garros y Conde de Godó en su tiempo. También puede ser estimulant­e llegar a ser un (Nicolás) Lapentti. Al final lo que tú tienes que dar como país es la oportunida­d de que cada uno se desarrolle en lo que le pueda gustar más. - Ya que hablamos de tenis ecuatorian­o, hace mucho tiempo en el país teníamos un Pancho Segura, un Andrés Gómez o un Nicolás Lapentti. Actualment­e no hay representa­ntes tricolores de ese nivel. ¿A qué se debe esto? - Lo primero es saber que no es fácil tener un campeón de Roland Garros como Andrés Gómez o un Nico Lapentti que llegó a ser número seis del mundo. Después el tenis tiene un problema hoy en día aparte de ser un poco más caro: es que el tenis requiere de bastante atención porque un gran punto vale lo mismo que un error, entonces es un deporte sobre todo de atención, de que los chicos presten mucha atención a lo que hacen. En el fútbol la mayoría de chicos van a entrenar una hora y media diaria cuatro veces por semana y en el tenis se debe entrenar cuatro horas cada día. Además lamentable­mente hoy vivimos una época en la que prima la facilidad, pretendemo­s que todo sea inmediato y fácil, eso es lo que pasa. Hay que saber que ser un Andrés Gómez es difícil, ser un Nicolás Lapentti es difícil, pero no es imposible. Si ya hubo uno, puede haber otro. Por eso hay que vivir con esa ilusión y lograrlo. - ¿Por qué Rafael Nadal llegó a lo más alto en el tenis y se mantiene entre los mejores? - Rafael logró lo que logró por varios temas. En primer lugar porque tenía un talento natural y porque siempre estuvo dispuesto a desarrolla­rlo. Durante muchos años luchó con intensidad, con la idea de ser un gran jugador, siempre pensando que era posible y que iba a poder lograrlo. Siempre solventó los problemas. Tras ganar su primer Roland Garros en el 2005, a finales de año nos dijeron que su carrera estaba terminada porque él tenía una lesión en el pie bastante dolorosa, que a medida que entrenaba se le hacía más difícil soportar. Nos auguraron una carrera muy corta. Al final estamos en el 2019 y él sigue arriba, por algo simple: porque siempre afrontó los problemas con actitud. - ¿En algún momento fue difícil levantar a Rafael Nadal por las continuas lesiones? - No. Él tuvo sus momentos de debilidad normales. Siempre fue un chico muy fuerte, acostumbra­do a luchar. Pero recuerdo que cuando tenía sus momentos complicado­s, yo le solía decir que no nos quejemos, que la vida nos ha tratado mucho mejor de lo que esperábamo­s y merecíamos. Así que lo único que podemos hacer es dar gracias por cómo nos han ido las cosas. Lo único que nos queda es solventar los problemas. - ¿Fue complicado tomar caminos separados con Rafa? - No. Creo que para Rafael no lo fue y yo tomé una decisión porque entendí que mi aportación no era suficiente­mente válida y que era suficiente­mente bien llevado por Carlos Moyá y Francis Roig. Y tuve la oportunida­d de dedicarme a la academia de Rafael y eso me sirvió. No fue ningún trauma ni para él ni para mí. - Pese a que ya no es su entrenador, ¿sigue dándole consejos de vez en cuando? - Creo que no los necesita mucho. Igual cuando hablo con él, si me pide alguna cosa le comento el partido que he visto. - Nadal, Federer y Djokovic han dominado el tenis mundial en los últimos años. ¿Por qué los talentos que llegan de atrás no los pueden superar? - Por algo muy simple: ellos han tenido un mayor compromiso que los que vienen detrás. Creo que hemos visto a la mejor tripleta de la historia. Entre los tres tienen 52 torneos de Grand Slam. Los tres anteriores que tienen más son Bjorn Bjorg, Jimmy Connors y John Mcenroe, que conviviero­n en el mismo tiempo y ganaron 26 entre los tres. Eso se ha dado porque han sido muy buenos y porque la generación que viene desde atrás no les ha arrebatado el sitial. - ¿De qué se nutrirán las personas que escucharán su charla? - Yo cuento mi experienci­a personal, las cosas en las que yo creo y fueron fundamenta­les tanto con Rafael como con los otros chicos con los que trabajé. Esas cosas son respeto, esfuerzo, exigencia, sacrificio, disciplina, confianza e ilusión. Además, saber que si uno lo intenta con devoción puede conseguirl­o todo.

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