La música, su otra pasión
Diane van Deren toca la guitarra y canta. “Cuando corro voy componiendo música, que luego grabo en un estudio. La naturaleza me hace sentir en paz”, afirma. Después de conocer a Scott van Deren, con quien está casada desde hace 34 años, colgó la raqueta para dedicarse a su familia. Pero cuando tenía 28 años y estaba embarazada de su tercer hijo, comenzaron los problemas.
“Tenía dos meses de embarazo cuando empecé a sufrir convulsiones. Los episodios ocurrían una y otra vez y los doctores no estaban seguros de qué los causaba. Me sometí a varios estudios antes de que me diagnosticaran epilepsia”, cuenta
Un ecuatoriano amenazó el dominio del angoleño Joao N’tyamba en el historial de triunfos de la Carrera EXPRESO, que tendrá la modalidad de media maratón desde julio de este año.
N’tyamba se impuso seis veces, dos más que el cuencano Byron Piedra (foto), quien durante varias temporadas incluyó a esta competencia dentro de nació mi amor por el ultra running. Entonces corría para escapar de mi enfermedad. Era mi manera de enfrentar esa realidad, de manejarla. Y me sentía vibrante, libre”, explica.
Durante diez años sufrió convulsiones que se hicieron cada vez más frecuentes. Entonces tomó una decisión que cambiaría su vida. “Mi enfermedad se estaba adueñando de mi vida. Ya ninguna medicación funcionaba y corría el riesgo de morirme durante uno de los episodios. Por eso decidí operarme”, explica la estadounidense. Durante la cirugía, los médicos removieron una porción de su cerebro -parte del lóbulo temporal derecho y del hipocampodel tamaño de una pelota de golf, dañada por tantos años de enfermedad.
“La operación me salvó la vida. Nunca más tuve una convulsión y por eso me siento bendecida. Pero lucho con mi su exigente agenda. El atleta tricolor cruzó en primer lugar la meta en: 2010, 2011, 2013 y 2014, ratificando el potencial que lo llevó a competir en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016, además de la Copa del Mundo de Croacia, donde corrió los 3.000 metros. capacidad de ubicarme y de manejar mis tiempos”, cuenta quien aprendió a sacarle provecho a su discapacidad. Es que como frecuentemente no sabe cuánto tiempo ha transcurrido desde que empezó a correr, no siente el cansancio psicológico como otros atletas.
Tras la cirugía, Diane recorrió el mundo compitiendo en las pruebas más desafiantes. Algunas tan duras que dejarían a muchos con la boca abierta. En 2009, por ejemplo, ganó el extenuante Yukon Arctic Ultra, una carrera de casi 700 kilómetros a través de un desierto congelado. En 2010, combinó su disciplina con el montañismo y realizó un rápido ascenso al Aconcagua. En 2011 completó la carrera de 100 Millas (160 kilómetros) más dura del mundo: en el Hardrock 100, durante 45 horas seguidas, subió y descendió un total de 18.300 metros. Y en 2012, en las 1.000 millas (1.600 kilómetros) a lo largo del emblemático Sendero de Montañas a Mar, atravesó el estado de Carolina del Norte en 22 días, 5 horas y 3 minutos, superando el récord anterior en unos dos días.
Casi 30 años pasaron desde la primera vez que se puso sus zapatos para correr y escapar de su enfermedad. Más de la mitad de su vida. Pero Diane no piensa parar, porque cada vez que corre se siente viva.
EL DETALLE AYUDA La lesión en el cerebro le crea confusión. Cuando viaja se pierde muy seguido. Usa piedras o palitos para marcar su camino.