Mushuk Nina, un ritual al inicio de la cosecha
Según el calendario andino, por esta fecha, la tierra se mueve en relación con el Sol ❚ Se fomenta el respeto a las tradiciones
CEREMONIA
La jornada para las mujeres indígenas del área rural del cantón Otavalo, provincia de Imbabura, comienza a las 5 de la mañana. Una de ellas toma entre sus manos una vasija de barro para preparar los alimentos, mientras sus hermanas, tías y primas se trenzan sus largas cabelleras.
Esta es una de las escenas que los asistentes al Tercer Festival de Danza Mushuk Nina pudieron observar. Se realizó en el Centro Cultural El Cuartel de Ibarra.
El Mushuk Nina, que en español significa fuego nuevo, comienza el 21 de marzo. Según el calendario andino, en esta fecha la tierra se mueve en relación con el sol y las fases de la luna.
Este fenómeno cósmico tiene una relación directa con la cosecha de los granos tiernos en los terrenos, además, este acontecimiento es tiempo de reflexión.
La danzante central de la obra es Paola Moreno, de 13 años. Ella personificó a la indígena que se prepara para realizar los quehaceres domésticos. Usa la olla para cocinar la colada de maíz y compartir con el resto de la familia, que también se levanta muy temprano para trabajar en el campo.
Fueron ocho hombres y doce mujeres con sus trajes típicos otavaleños, los que pusieron en escena cómo se mantienen las tradiciones en las comunas. Los hombres, por ejemplo, van al campo a labrar la tierra.
Romel Cangas, coordinador del evento cultural, dijo que se busca rescatar los saberes ancestrales que de a poco desaparecen. Por eso piensa que mediante procesos interculturales, se puede difundir a niños, jóvenes y adultos. La idea es fomentar mensajes de respeto a cada etnia de la Sierra norte del país.
Otro de los concursantes fue Corazón Quiteño, de Carcelén. Ana María Bilbao dijo que simbolizaron el Pawkar Raymi o Fiesta del Florecimiento para agradecer a la Pachamama (Madre Tierra) por los alimentos.
El ñawi mayllay, que es el lavado de cara, fue representado por el grupo Mushuk Pakary o Nuevo Amanecer. Su directora, Cristina Pineda, explica que esta costumbre la practican a los recién casados, para purificarlos y ahuyentar las malas energías. En el área rural se mantiene esta práctica, la pareja junto a sus familiares y padrinos danzan el fandango (ritmo alegre) y acuden a vertientes sagradas para lavarse.
Los esposos usan pétalos de rosas y agua para untarse en la cabeza, cara, manos y pies, para que guiar su matrimonio por el buen camino. Mushuk Pakary, en su segunda presentación, hizo alusión al Wayra Kayana, que es el llamado al viento.
La ciudad de Otavalo elegirá a su nueva representante. La nueva princesa será la encargada de seguir en el fomento de su identidad y raíces entre la población mestiza. Cuatro candidatas participarán en el evento que se desarrollará el próximo 6 de abril en horas de la noche.