Un libro sobre el lado humano de La Tunda
Un escritor esmeraldeño expondrá su obra en el museo Presley Norton
La Tunda es un mítico personaje popular que nace en los campos del norte de Esmeraldas. Siempre fue asociado a la maldad o al terror. La describían como una mujer demoníaca que se llevaba a los niños a lo alto de las montañas, donde cometía atrocidades con ellos, y a la mayoría nunca más se los volvía a ver.
Esta vez el autor esmeraldeño Ibsen Hernández, da una nueva connotación al personaje.
Según su visión, ‘La Tunda’ representa a la mujer luchadora y guerrera de los campos del norte de su provincia, aquella que no duda en subir a las montañas a convocar a su gente, que sola logra salir adelante en un mundo de esclavismo, carencias y discriminación.
‘La Tunda invitaba permanentemente a la insurrección. A meterse a la montaña, a construir palenques (cercos o barreras que se emplean para delimitar una superficie), y de allá regresaba a invitar a otros hermanos a unirse a su propósito. Unos se sumaban, otros no. Los que lo hacían iban con un sentido solidario de lucha colectiva”, comenta el escritor.
La Tunda es un personaje que tiene un pie de humano y el otro es una pata de molinillo, una carencia que no es más que una mutilación hecha por la acción opresora. “Hace uso de la naturaleza para apoyarse en ella y poder generar procesos continuados de lucha”, agrega Hernández.
Hace pocos días en el tercer piso de la Biblioteca de las Artes, Hernández realizó la presentación de su libro sobre el tema expuesto: ‘Te daré una Tunda’. La obra es una producción de la Editorial Uartes.
Luego de la presentación, se realizó un conversatorio con el autor, quien define a la protagonista de su libro como una ‘cimarrona’ (término con el cual se describe a los esclavos que huyen al campo).
La obra se da luego de una profunda investigación del autor, en los pueblos del norte de la Provincia Verde, de hablar con los abuelos, en Esmeraldas y en Guayaquil. Ellos con su aporte y experiencia ayudaron a aclarar el cuento mítico.
Otra hipótesis que se desprendió de la investigación de Hernández, es que La Tunda puede haber sido una protectora de los bosques, quien pese a haber sido mutilada de su pierna, se escapa y llega a la montaña. Luego regresa adonde fue esclavizada para rescatar a sus hermanos.
Según el escritor y catedrático, La Tunda representa las muchas huellas dejadas por los abuelos y los ancestros. Aquellas señales que invitan a través de este mito a descubrir algunas lógicas sobre cómo romper con la dominación y la colonialidad.
GUAYAQUIL