Medio período cumplido
EDITORIAL
Hoy, cuando se están cumpliendo las elecciones destinadas a renovar a las autoridades cantonales y provinciales y designar a los miembros (por primera ocasión a partir del voto) del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, aunque faltan dos meses si se mide el tiempo transcurrido en función del calendario, es posible afirmar que el gobierno nacional ha colmado la mitad de su período.
Un gran anhelo es lograr abandonar en la gestión gubernamental un sentido de transitoriedad que la ha determinado a una cautelosa toma de medidas en el campo de lo económico y la lucha contra la corrupción, actitud contrastante con la enorme y firme decisión manifestada en la toma de decisiones políticas.
En todo caso, en los dos años que vienen se aspira a que la lucha contra la corrupción contribuya a liquidar la negativa sensación de que el carnet partidario, la venalidad de los jueces o los abogados rabulescos garantizan impunidad. Las nuevas autoridades elegidas hoy no pueden mantenerla y, por el contrario, deben procurar para su gestión la más absoluta escrupulosidad y sapiencia en el manejo de los recursos a su cargo, en un ambiente de crisis económica todavía no superado. Aunque está fuera de su competencia específica, las autoridades locales y provinciales están obligadas a propiciar el crecimiento económico de sus jurisdicciones.
Finalmente, luego de que se conozcan los resultados en las provincias de mayor votación, quedará definido el panorama electoral que enfrentará el Ecuador
Más allá de lo específico es bueno entender que hoy se está construyendo el futuro próximo’.
en el 2021. Lo resuelto por el pueblo en las urnas será un poderoso indicador de por dónde quieren los ciudadanos que se conduzca el destino nacional y además, lo que siempre es importante en un país donde los liderazgos individuales cuentan mucho, clara señal de a quién se pretende encargar de esa tarea.
Por lo señalado, pensando en función del porvenir para alejar la reflexión de una coyuntura que tiene aturdida a la República, cabe que al ejercer el derecho de sufragar se lo haga pensando en el futuro y no únicamente con la amarga sensación que deja el comportamiento de las autoridades electorales, que hasta ahora no han sabido responder con calidad a las altas funciones a ellas encomendadas. Hoy debe comenzar un tiempo nuevo. Cabe advertirlo para impulsar.