La decisión de hoy
Hoy, como en ningún proceso electoral anterior, habrá 13’425.896 votantes que escogerán entre 80.281 postulantes a las dignidades seccionales. Pero solo hay 5.670 puestos de prefectos, viceprefectos, concejales urbanos, vocales de juntas parroquiales, alcaldes, concejales rurales y consejeros principales y suplentes del Cpccs. El ciudadano es quien decidirá. La publicidad y propaganda están silenciadas.
Cada elector recibirá una papeleta electoral como sábana. En el escenario ya no habrá ‘spots’ televisivos, cuñas radiales ni la canción melosa para mentir y tomarse a los votantes. Solo estará el ciudadano ante las urnas. En esa soledad lo acompaña su conciencia y su sabiduría recóndita, más de intuición que de racionalidad comprensiva, que lo llevará a votar por lo que él considera su mejor opción.
Hoy se reposiciona como soberano. Ya no estará el ‘marketing’, ni la publicidad manipuladora o las promesas demagógicas, ni las fantasías engañosas que algunos como nuevos mesías ofrecen. Ya no habrá el Estado candidato que promocionó la política corrosiva y corrupta que montó el correato durante una década. Solo el ciudadano decidirá. Este debe saber qué requieren la ciudad y la provincia para continuar avanzando y seguir por la ruta del desarrollo y el progreso local, o retroceder. Como votante, desde esa intuición, más inconsciente que consciente, que puede ser fuerte o débil, es que finalmente como soberano decidirá todo. Pero es grave si se equivoca, pues se acostumbró a no hacerse responsable de errores, como lo hizo al elegir a los corruptos aliados y amigos del correato.
Su decisión como único dueño del poder, con su voto, es la que prevalecerá en los ciudadanos antes que como un elector más. Su responsabilidad no comienza ni termina hoy. Es permanente, porque la sociedad democrática lo reconoce como soporte, responsable y receptor del destino final de la vida del país, provincia, ciudad y parroquia.
Ojalá la decisión de hoy sea la más acertada. Debe tomar conciencia; meditando bien no tendrá viso alguno de haber sido manipulado por la demagogia, la fantasía electorera y la mentira. Por eso hoy es el día decisivo del soberano, de quien tiene y tendrá el poder con su voto.