EL MUNDO EN QUE VIVIMOS Los trucos de los dictadores latinoamericanos
En nuestra América Latina, los dictadores de actualidad son el matrimonio nicaragüense de los nuevos Somoza, los Ortega; Maduro en Venezuela y Evo Morales en Bolivia. A Cuba ya no se la debe contar porque los Castro han logrado sobrevivir a costillas, primero de la que fue la Unión Soviética y luego del petróleo que le mandaba Chávez. Ahora se sostienen con el turismo, sobre todo de EE. UU., Canadá y la Unión Europea. Turismo que es manejado por los militares y para beneficio de ellos.
Evo Morales desea eternizarse en el poder, tiene suficiente dinero con los sembríos de coca en territorios en que obligó a los campesinos que producían alimentos, a que cambien sus sembríos por plantas de coca y que hoy sirvan para vender a los narcotraficantes. NEGOCIACIONES O DIÁLOGOS. Los dos dictadores: Ortega y Maduro, frente a los graves problemas que enfrentan, piden a los países que se nombre delegaciones para discutir las peticiones de las partes pero, se niegan rotundamente a negociar.
Desde la Santa Sede, el Papa, como el grupo de los catorces países latinoamericanos y la Unión Europea, están dispuestos a enviar sus delegaciones para iniciar las conversaciones. De hecho, en Nicaragua, Ortega desesperado aceptó, pero sin ceder a la elemental petición de que ponga en libertad a todos los presos políticos.
Estamos seguros de que las conversaciones fracasarán, como ya fracasaron las primeras que se realizaron, ya que se pide convocatoria a elecciones libres, a lo que se niega Ortega, que aspira a que cuando termine su período lo suceda su mujer, Rosario Murillo, actual vicepresidenta. Las acusaciones por falta de probidad de los Ortega son numerosas: basta recordar el canal que quiso construir el poderoso magnate chino Wang Ying, a quien se le entregaban tierras y enorme cantidad de ventajas, proyecto que por suerte fracasó, ya que todo era un engaño, y muchos otros negociados que han ubicado a la pareja gobernante entre las personas más ricas de América. LA SITUACIÓN DE MADURO. En cuanto a Maduro, él sostiene que acepta reuniones para discutir peticiones, pero no negociaciones. Sabe que puede atender algunos pedidos que en ningún caso ponen en peligro su dictadura. Negociar es otra cosa. Allí se pedirá inmediatas elecciones, con un tribunal electoral donde consten quienes realmente pueden votar y que actúen los organismos internacionales como observadores.
Maduro se siente muy seguro en su cargo. Los militares, que están muy bien pagados y disfrutan de una gran cantidad de privilegios; a nuestro criterio, va a ser muy difícil que cedan. Un gobierno democrático les haría perder tales privilegios y dejar de manejar una gran cantidad de empresas nacionalizadas. LO QUE RECIBIRÍA GUAIDÓ. Aunque Guaidó ha sido reconocido por más de cincuenta países como presidente interino, debe darse cuenta de que si Maduro llega a entregar la presidencia por la presión popular, va a ser muy difícil tomar un Estado fallido. El mismo proceso electoral, que le correspondería organizar, es un trabajo que le tomará varios meses. También tiene que considerar que el candidato a quien le correspondería la presidencia es López -que ha estado bastante tiempo preso y ahora en prisión domiciliaria- y que convocando a elecciones libres se presentarán varios aspirantes.
Posiblemente entre las más graves acusaciones que se presentarán contra Maduro constará que sus figuras principales, presididas por Diosdado Cabello, están involucrados en el narcotráfico, el cual ha convertido a Venezuela en un narcoestado, asunto que obligará a desbaratar una red poderosa a la que no se puede incluir en la amnistía que Guaidó está ofreciendo a los militares que abandonen a Maduro.
Sinceramente, vemos difícil que Maduro entregue Miraflores. A más del ejército, tiene sus guardias chavistas que están bien armadas y que también perderían muchas ventajas. Por otra parte, se calcula que hay más de sesenta mil cubanos, gran parte de ellos militares especializados en disolver manifestaciones, quienes no quieren dejar sus canonjías.
Definitivamente Estados Unidos no intervendrá usando la fuerza. Las medidas económicas tomadas y las que provienen de la Unión Europea buscan ahogar a Maduro y, por lo tanto, las consecuencias las pagará el pueblo venezolano, por eso la salvación, por ahora, de Maduro es el ingreso por el narcotráfico y lo que pueda conseguir de China, hipotecándose al máximo, y la compra a Rusia de armamento, con el cuento de enfrentar militarmente a Estados Unidos.