CONTROLES
Pilotos de aviones de combate A-29 Supertucanos y SR-560 de seguimiento, participan de estas tareas de vigilancia en la frontera entre ambos países.
Putumayo y Nariño, dos de los departamentos fronterizos con Ecuador, representan 2 de las zonas de mayor cultivo ilícito y comparten frontera con las provincias ecuatorianas de Sucumbíos y Esmeraldas, respectivamente, que son zonas con un nivel bajo de desarrollo, lo cual favorece los tráficos ilícitos y dificulta la acción gubernamental.
Para contrarrestar esto, en los últimos años, ambos países han equilibrado sus políticas binacionales y han empezado a trabajar de manera conjunta en la lucha contra el crimen organizado y particularmente contra el narcotráfico, con operaciones combinadas, mejoras en la coordinación de inteligencia e implementación de proyectos de desarrollo fronterizo con financiamiento internacional.
“El narcotráfico no es solo una amenaza para Colombia y Ecuador, lo es para todo el continente”, señaló el comandante de la Fuerza Aérea de Colombia (FAC), Ramsés Rueda.
La frontera entre Colombia y Ecuador, es una zona notoriamente vulnerable por los casos de violencia que ahí se presentan. Uno de los más recordados es el del hoy abatido Walter Arizala, alias ‘Guacho’, señalado de haber asesinado a cuatro infantes de Marina en territorio ecuatoriano (marzo de 2018); el secuestro y posterior asesinato del equipo periodístico de diario El Comercio (abril de 2018); y el secuestro y posterior asesinato de la joven pareja de ecuatorianos, Óscar Villacís y Katty Velasco.
Por eso, este es un trabajo del que hay que estar atento siempre y del que nunca se puede bajar la guardia. “Hemos tenido importantes capturas y aprehensiones de cargamentos de droga, especialmente que estaban por salir de nuestro territorio. En los casos que hemos verificado, las aeronaves llegaban vacías y estaban listas para cargar”, explicó el mayor Pablo Pico, oficial de Control Aerotáctico de la Fuerza Aérea Ecuatoriana.
Es por eso que los tripulantes de estas aeronaves de dos puestos saben que en cualquier momento pueden pasar de la tierra al cielo, siendo su único límite para el sobrevuelo, la frontera ecuatoriana.
“Los intrusos” deben responder al llamado de la Fuerza Aérea Colombiana en Cali por frecuencias de radio estipuladas internacionalmente, o identificarse. El personal especializado en seguridad enciende las luces para advertir a los ocupantes de dicha nave que no tienen autorización.
Una vez los tripulantes de este avión responden, la FAC sigue el protocolo para la posterior entrega a las autoridades de la vecina nación.
Entre los aviones de combate hay pilotos de los A-29 Supertucanos y SR-560 de seguimiento, que despegan con el propósito de alcanzar y de detener en el menor tiempo posible la aeronave intrusa.
En esta misma base, funciona la Escuela Militar de Aviación (Emavi), donde se forman a centenares de pilotos en el combate al narcotráfico. En estas capacitaciones hay misiones simuladas de operativos.
“Simulamos blancos o aeronaves ilegales que cruzan nuestros espacios aéreos...”, contó el subdirector de operaciones de la FAC, coronel Óscar Jiménez.
En los entrenamientos se pone en práctica los Procedimientos Operacionales Vigentes para la detección, interceptación y captura de aeronaves ilegales que pretendan violar el espacio aéreo de ambos países.
El coronel Juan Martínez Ossa, comandante del Comando Aéreo de Combate No. 7, señaló que en promedio, una aeronave no identificada al día es requerida por las autoridades colombianas durante los procesos de control. Indicó que muchos de estos aviones tienen capacidad para transportar hasta 200 kilos de droga.
Entre esas misiones de entrenamiento, utilizando recursos como radares y plataformas de seguimiento, también figuraron simulaciones con aterrizajes en la Base Aérea Eloy Alfaro de Manta, en Ecuador.
El comandante general de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, brigadier general Mauricio Campuzano Núñez, explicó que Ecuador para esta lucha cuenta con 4 radares Indra comprados en el 2016, que suplantaron a radares chinos que no llegaron a cumplir la misión de detección.
El alto oficial ecuatoriano y su homólogo de la FAC, general Rueda, coincidieron en afirmar que este ejercicio combinado permitirá combatir con firmeza las actividades al margen de la ley.
El ministro ecuatoriano de Defensa, Oswaldo Jarrín, destacó el profesionalismo de las fuerzas áreas de los dos países, que cuentan con dispositivos de “reacción inmediata”.
Gracias a esos operativos conjuntos se ha logrado desmantelar bandas dedicadas al tráfico de drogas desde Colombia hacia Centroamérica y los Estados Unidos. Se estima que el 70 % de la producción mundial de cocaína sale del suelo colombiano.