Equívocos del urbanocentrismo
En la realidad, física y virtual, también en sus imaginarios, en la ciudad-puerto hay una visión y comprensión errada de lo que hace su desarrollo histórico, en sus múltiples procesos económicos, sociales, culturales y geopolíticos. Hay un “canon tradicional” que reproduce este grave error de pensar-explicar Guayaquil separada y fracturada del campo y de ese hábitat. Difunden la idea y pretensión de creer que es posible una ciudad-puerto desligada de la socioeconomía agroexportadora y la economía familiar rural, que proveen divisas, mueven la dinámica portuaria y dan seguridad alimentaria a sus habitantes. Incluso algunos van más allá de este equívoco, pues afirman que la urbe y su población no tiene que ver nada con esa sociedad rural cuanto con las colectividades que sociohistóricamente ahí viven y se reproducen: los montuvios. Ellos, con su mundo mítico, mágico, agrícola, agroproductivo y vida campirana, también son la otra cara del Guayaquil-guayas real.
Esta idea y creencia distorsionada falsea su historia, pasada y presente, ya que son ellos mismos quienes afirman que ella tiene vida portuaria, sin percatarse de que
por el puerto se exporta banano, cacao, café, tagua, palma africana, sombreros y paja toquilla, mangos, plátanos, etc., productos-mercancías del mundo rural y campirano de los montuvios. Incluso más del 50 % de “guayaquileños” de varias generaciones tienen antepasados mediatos e inmediatos en el campo. Con razón José de la Cuadra, en 1937, decía: “Guayaquil, capital montuvia del Ecuador”.
Si esta visión distorsionada y errónea del urbanocentrismo impone su canon, tengan por seguro que ese Guayaquil que piensan, definen y reivindican no corresponde a la realidad histórica y lo que sus procesos de desarrollo crean. Por eso es necesario que políticos, autoridades, escuelas, maestros, estudiantes, periodistas, intelectuales, de una vez por todas comprendan que ese Guayaquil urbanocéntrico no refleja ni define lo que esta colectividad ha hecho, hace y proyecta desde el campo y la ciudad. El Guayaquil real solo se entiende desde lo que nutren el Daule, el Babahoyo, el Yaguachi y diversos ríos que la riegan y lo que la sociedad rural hace en su economía, y alimentando a la urbe y a su población.