Diario Expreso

Brown, un estelar tipo corriente

Fallece a los 62 años el Tata, cuyo único gol con la selección argentina abrió la ruta para el último cetro mundial de la Albicelest­e

- ANDRÉS BURGO ■ EL PAÍS / ESPECIAL PARA EXPRESO

En una de esas estrategia­s indetectab­les a los ojos en la final de la Copa del Mundo de México 86, el entrenador de Alemania, Franz Beckenbaue­r, envió al campo de juego del Azteca a un delantero portentoso en el juego aéreo y en las asperezas físicas: Dieter Hoeness.

A falta de media hora, y con Argentina ganando 2-0, una de las misiones que el macizo alemán debía cumplir era chocar al líbero argentino, José Luis Brown, cada vez que este les daba al resto de los defensores albicelest­es la orden de salir a provocar el off side en las jugadas de pelota detenida.

La estrategia funcionó no solo porque Alemania llegaría al 2-2 parcial sino también porque Hoeness, en efecto, partió como una locomotora para toparse con Brown cuando un compañero ejecutaba un centro y le provocó una luxación en el hombro.

El médico argentino, Raúl Madero, le advirtió al entrenador Carlos Bilardo que Brown no podría seguir pero el bravo Tata hizo una de gauchos: se mordió la camiseta, le hizo un agujero a la albicelest­e y metió el dedo para que el brazo no le quedara suelto. Así, con la mitad de su tronco superior inmoviliza­do, se consagrarí­a campeón del mundo tras el agónico triunfo 3-2 de Argentina, el último Mundial ganado por su país.

La muerte de Brown, víctima a sus 62 años de una enfermedad neurodegen­erativa, fue también la despedida de un tipo

normal -si se puede llamar corriente a un futbolista que se mantuvo 15 años en la alta competenci­aque tuvo un día extraordin­ario. Brown no era un fenómeno, pero aquel 29 de junio de 1986 consiguió más que varios fenómenos juntos: se convirtió en uno de los 65 jugadores que marcaron al menos un gol en una final del mundo. Aún más asombroso es que el cabezazo con el que había derrotado al arquero alemán Harald Schumacher en el primer tiempo, antes de su lesión, fue el único que convirtió en los 36 partidos que jugó para la albicelest­e entre 1983 y 1990. “Para jugar el Mundial hice barbaridad­es -recordó hace pocos años-. Antes de México, en los entretiemp­os de los partidos me sacaban jeringas llenas de sangre de la rodilla (por lesiones) y seguía jugando. El médico me decía que me iba a arrepentir, que a los 50 años no podría caminar, que estaba loco, pero yo lo obligaba a pincharme. En los viajes en aviones me llevaba un zapato de hierro y me iba al baño para fortalecer los cuádriceps. Ahora tengo 59 y no puedo jugar al fútbol con mis amigos, pero no me arrepiento. ¡Soy campeón del mundo!”.

 ??  ?? Legado. José Luis Brown estuvo al frente de la selección argentina sub 17 y fue asistente técnico en los Olímpicos de Pekín 2008.
Legado. José Luis Brown estuvo al frente de la selección argentina sub 17 y fue asistente técnico en los Olímpicos de Pekín 2008.
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