El golfo de los asaltos
El robo de camarón es uno de los más comunes ❚ Hay pocas denuncias por la dificultad del trámite ❚ Buscan acciones interinstitucionales
Ni los retenes navales ahuyentan a los delincuentes en el golfo de Guayaquil. Las víctimas son los pescadores, preferentemente los camaroneros, que salen a sus faenas encomendándose a Dios como su único protector ante una avezada criminalidad que asusta.
Ni la luz del sol, ni estar cerca de la autoridad, parecen ser factores suficientes para ahuyentar a la delincuencia acuática que recorre el golfo de Guayaquil, donde fluyen el estero Salado y los ríos Daule, Babahoyo y Guayas.
Hace dos días, a las 15:00, una embarcación denominada ‘Carolina’ fue asaltada cerca de la comuna Tres Ratones, a 15 kilómetros de Punta de Piedra, donde se ubica un retén naval sin embarcaciones; cerca de allí también hay un nuevo Puesto de Auxilio Marítimo (PAM), en la isla Matorrillos de la Dirección Nacional de los Espacios Acuáticos (Dirnea).
Según Victoriano Vera, dirigente de los pescadores del Cerrito de los Morreños, a las víctimas las lanzaron al río y se llevaron la embarcación con víveres, que eran parte del sustento de los pescadores durante la veda de cangrejo, que inicia hoy. Con la misma ‘Carolina’, minutos después, los antisociales arremetieron contra otra nave a la que le sustrajeron el motor, alimentos y dinero en efectivo, asegura el pescador.
Jorge Espinosa, coordinador de la Federación Nacional de Cooperativas Pesqueras del Ecuador (Fenacopec), asegura que hechos similares ocurren entre dos a tres veces por semana. Él lo atribuye a una falta de patrullajes, tiempo de reacción de la Policía Marítima y la dificultad de colocar las denuncias respectivas en las fiscalías.
“Hemos dicho tantas veces a las autoridades que se debe tener más lanchas rápidas para el patrullaje en el sector de Punta de Piedra, porque allí los robos son constantes, pero no pasa nada, parece que nadie nos escucha”, apunta el pescador.
Lo mismo sucede en otros sectores del golfo -también identificados por la Dirnea como conflictivos- como Cuarentena, Matorrillos, Chupadores Grandes y Estero corvinera; aunque los controles, asegura, son imperceptibles.
“Por esos sitios a ellos no se los ve, nos han dicho que les falta embarcaciones, que falta combustible, esos son los argumentos que presentan. Siempre nos dan el número de emergencia de ellos y el del ECU 911, pero allí hacen más preguntas que acciones; y a la final, nunca llegan”, precisa.
Por su parte, el contralmirante Jorge Cabrera, director nacional de los Espacios Acuáticos, indica que, justamente, en los sectores de mayor conflicto se ha implementado siete PAM, que aumentarán a nueve en este año. Además, recuerda la existencia del Plan de Seguridad Fluvial ‘Ruta Segura’, que permite a los camaroneros y pescadores llevar sus productos, en resguardo de la Marina, hasta con un 95 % de efectividad. Adelanta, también, que junto a los gremios pesqueros se trabaja en un plan de implementación de sistemas tecnológicos, tipo botones de pánico.
Entre otros problemas, los pescadores atribuyen una falta de conocimiento para denunciar. “No hay charlas para educar al respecto, y se ocupa mucho tiempo en los trámites engorrosos. Se ha dado el caso que los pescadores van a Fiscalía, no necesariamente de Delitos Acuáticos, y los envían a otros lados”, cuenta. Sin embargo, un vocero de la Fiscalía del Guayas y Cabrera confirmaron que cualquier Fiscalía está en la capacidad de receptar dichas denuncias.
La Fiscalía de Delitos Acuáticos del Guayas registra 131 denuncias en la provincia, durante el periodo comprendido entre enero a julio de este año, es decir, 33 casos menos que el mismo periodo de 2018. Mientras que en Guayaquil, según la Dirnea, las cifras por delincuencia común son de 11 en el primer semestre de 2019, y 13 en el de 2018.
Gabriela Cruz, presidenta de la Fenacopec, calcula que a nivel nacional, cada año, se registra el robo de cerca de 300 embarcaciones, que suman alrededor de 5,4 millones de dólares en pérdidas. Al respecto, anuncia, dentro de 15 días se realizará una marcha pacífica, en Guayaquil, para pedir el control delincuencial en los cuerpos hídricos del país.
“No hay el apoyo de la autoridad. Han matado a cangrejeros y siguen robando a los pescadores. Las autoridades nos dicen, desde hace mucho tiempo, que esperemos que van a dar un golpe a la delincuencia y todavía lo esperamos”, explica Cruz. La dirigente de los pescadores también cree que para detener los índices delincuenciales es preciso lograr un trabajo mancomunado.
Cabrera apoya la idea de realizar una labor interinstitucional, y añade la urgencia de actualizar la normativa punitiva marítima. “El Ministerio de Defensa Nacional ya ha presentado a la Asamblea la propuesta de la nueva Ley de Navegación, que reemplazará al Código de Policía Marítima, que data de 1960, donde las infracciones están establecidas en sucres. (...) actualmente las multas no pasan de un dólar”, explica.