Artistas urbanos se expresan a través de un mural en Guayaquil
Lo elaboró la agrupación Clásicos y dibujó al cantante Julio Jaramillo
Una pared gris entre las avenidas Velasco Ibarra y Barcelona, de la ciudadela Bellavista, fue el lienzo donde varios artistas urbanos pintaron, el pasado miércoles, un colorido grafiti en el que sobresale el retrato del cantante guayaquileño Julio Jaramillo y la palabra ‘clásicos’.
Los autores de la obra son integrantes del colectivo Clásicos, conformado por seis organizaciones juveniles (GDN, LDS, CTS, NPE, RP y LGP), que en la década de los 90 mantenían rivalidades.
El artista urbano William Pino,
cuyo seudónimo es Bufón 27, señaló que tuvo la aprobación del propietario del inmueble para realizar el mural, de aproximadamente 20 metros de longitud y tres de altura. Contó que luego se logró un acuerdo junto a sus compañeros para dibujar al denominado ‘Ruiseñor de América’, por ser un personaje “clásico en nuestra historia y nosotros también lo somos en nuestra generación”, agregó.
Pero aclararon que el principal objetivo de realizar estas actividades es poder llevar el arte urbano a las comunidades de la ciudad que tengan altos índices de inseguridad.
“La idea es tener un mensaje positivo para la sociedad. Por medio de estas acciones se refleja nuestro arte urbano y deberían repercutir en las próximas generaciones”, manifestó Michael Muñoz, uno de los integrantes de la agrupación.
Los jóvenes artistas han desarrollado otros murales en diferentes sectores de la urbe, por ejemplo, en el Guasmo sur, la cooperativa Socio Vivienda 1 y uno de los más recientes, ubicado en las calles Padre Solano y Rumichaca, en el centro.
Frank Segovia, más conocido como Rudo 58, mencionó que en los próximos días esperan realizar un mural cerca de la Entrada de la 8 para concienciar a los jóvenes del sector sobre los problemas de drogas y pandillas.
“En los exteriores del puente hay problemas de consumidores de drogas y queremos llegar a toda la ciudadanía para que tengan un mejor entorno”, dijo Segovia.
Los jóvenes aseguran que estas actividades han sido aprobadas por la comunidad donde se han pintado los grafitis. Así lo ratifica Wellington Piloso, miembro del grupo conocido como Tnplo.
“Los vecinos nos brindan comida, buenos comentarios y a ellos les gusta porque le damos vida a estos espacios”.