La indigencia crece y atemoriza al Salado
Los ciudadanos sin hogar se instalan en escuelas, paradas y locales
Un indigente acostado en una parada de buses en las calles Clemente Ballén y Tulcán, en el barrio del Salado, provocó a los habitantes y comerciales del sector el temor de que el ciudadano sea un antisocial, o por el contrario, sea un consumidor de drogas que falleció por alguna sobredosis; por lo que no usaron el espacio por varios días.
Gustavo Rivadeneira, presidente del Comité del Salado, explica que la sospecha se funda en las experiencias que han tenido. “Los indigentes usan para dormir o vivir los portales de las viviendas y oficinas, hacen sus necesidades biológicas
ahí mismo y consumen drogas, generando muy mala imagen a los diferentes sectores. Además, en muchos casos, mueren por sobredosis de drogas y sus cadáveres amanecen en calles y portales”, señala.
Sin embargo, esta vez, el caso fue distinto, Juan Carlos Soria, jefe del Distrito 9 de Octubre, confirmó el retiro del ciudadano de la parada de buses.
El comerciante Israel López, quien acude al sector diariamente a las 05:00, asegura que la indigencia en el sector se ha vuelto problemática, y se expande en diferentes espacios.
“No solo es en la parada, sino también en los alrededores de la iglesia San Juan Bosco y escuelas aledañas. A parte de los que viven en Tulcán y Vélez”, apunta.
Rivadeneira suma otros en los portales de Esmeraldas y 9 de Octubre, y en Esmeraldas y Luque, donde -afirma- los indigentes llevan ya cuatro días durmiendo al pie de los portales. “El perjuicio que causan los indigentes es enorme, afectan a los negocios porque los ciudadanos evitan ingresar a un almacén, cafetería o despensa que tiene un indigente acostado al pie de su entrada”, sostiene.