Guillermo y Elizabeth forman una pareja de alto calibre
GUAYAQUIL ■ Guillermo Lázaro y su esposa Elizabeth forman una pareja singular. Él, mayor del Cuerpo de Bomberos, ella, directora de recursos humanos de la Clínica Alcívar. Casados hace 35 años, llamaron la atención en el Torneo por la Independencia de Tiro Práctico, organizado en el Club Guayas de Tiro y Aviación.
Se conocieron en el colegio y desde entonces han tratado de complementarse de la mejor forma posible, compartiendo su amor por el deporte, especialmente los extremos.
“Es la base del éxito del matrimonio. Hace unos años practicamos crossfit, hemos competido en el iron runner y hace casi dos temporadas probamos suerte en el tiro práctico. Yo entré por invitación de un amigo, ella me acompañó, me dijo que le gustaba, tomó el curso y un mes más tarde también estaba disparando”, afirma el mayor Lázaro.
“Recuerdo que el curso lo tomé en el Club Rivera del Lago, con el campeón Galo Moreira como instructor. Esta es una actividad donde la adrenalina fluye, te permite ser libre y demostrar que las mujeres estamos en capacidad de compartir las actividades con los hombres en igualdad de condiciones”, acota Elizabeth, mientras dice que a sus dos hijas (Elizabeth y Luisa) también les está entrando el gusto por el deporte de la pólvora.
Lo peculiar de la pareja no se limita a los polígonos. Ella confiesa que no cocina, mientras que él se jacta de ser muy bueno en este campo. Su especialidad son los mariscos.
El Torneo Independencia les permitió regresar al escenario donde pocas semanas antes participaron en el Intercontinental y ahora preparan viaje a Lima para competir. Este es un amor de alto calibre.