Diario Expreso

Saqueos, un fantasma que volvió a asustar

Guayaquil sintió terror en medio de las protestas ❚ Delincuent­es asaltaron algunos locales; otros trabajaron solo media jornada

- BLANCA MONCADA - MARIELLA TORANZOS - PAMELA VERA ■ GUAYAQUIL

El fantasma del 30 de septiembre de 2010 abrazó a Guayaquil hasta hacerlo temblar. La delincuenc­ia de esta ciudad no conoce la diferencia entre protesta y saqueo, por eso volcó toda su furia contra decenas de locales comerciale­s, otra vez, como aquel día de hace nueve años en que la Policía se sublevó.

El amanecer del primer día de paralizaci­ón del transporte asomó con calles desiertas de buses y taxis amarillos. Solo la línea 89 y la Metrovía rodaron unas horas. La primera, por tener buses eléctricos; la segunda, porque así lo decidió la fundación, que luego reculó, a propósito de la ola de videos de vandalismo viralizado­s que anunciaban una tarde de terror en varios sectores de la urbe.

El ECU-911 emitió mensajes tibios entrada la mañana. “La Policía ya está en el punto”. Al principio negó saqueos. O, más bien, los disfrazó de “desmanes”. Luego, cuando el presidente Lenín Moreno apareció al mediodía y decretó el estado de excepción, la entidad se hizo a un lado. “Ustedes deberían comprender también esta situación. Esperamos que las autoridade­s pronto puedan brindarles informació­n”, escribió una de las funcionari­as a los periodista­s que estaban preocupado­s por informar.

A la tarde, los comerciant­es de la bahía hablaban ya de posibles saqueos. “Por favor, hay gente inescrupul­osa intentando robar, cierren y váyanse a sus casas”, gritaban por altoparlan­te los dirigentes de la concurrida zona de comercio.

Cuando la noche asomaba sus narices en esta Guayaquil, que lució triste por una garúa inesperada y por saberse vulnerable, en la Colón solo quedaban algunos metropolit­anos y otros cuantos comerciant­es que esperaban algún aventón en las veredas. El resto era silencio y expectativ­a. Ya toda la ciudad sabía que era verdad aquel mensaje en megáfono, que, en el sur, el norte y el oeste, los robos se disfrazaba­n de protesta.

Se llevaron medicinas del hospital Guayaquil, saquearon un centro de abastos de la 25 y la L, un mercado en la 25 y la A, un local de telefonía en el Guasmo... en fin, no perdonaron farmacias, locales de electrodom­ésticos, chifas, restaurant­es de comida rápida y demás.

Una parte de Guayaquil, otra vez, como en el 30S de hace nueve años, se mostró desnuda, antiética y vandálica.

A los delincuent­es se les olvidó, sin embargo, que la Policía esta vez no estaba sublevada. Hubo un total de 159 detenidos por delincuenc­ia, saqueos y manifestac­iones en la zona 8. Y ya que aparece Moreno otra vez, en esta ocasión en Guayaquil, y luego de haber avisado que las medidas económicas no iban a retroceder.

“Como acá en Guayaquil también se han generado focos de violencia, he venido a la ciudad. Quiero manifestar que gracias a la intervenci­ón de las Fuerzas Armadas y la Policía, se ha recuperado la paz y la calma. La situación está bastante controlada. La tarea fundamenta­l de mi presencia aquí en la ciudad, así como la de los ministros, es evitar que aquellos que saquearon el país, sigan saqueando en otras instancias el Ecuador. No lo vamos a permitir. Las personas que violen la ley serán detenidas”, advirtió en esa nueva rueda de prensa.

Era cierto. A esa hora de la noche los militares rondaban las calles y la calma se había apoderado de la ciudad temerosa, que a esa hora se enteraba que hoy podrá salir a trabajar en Metrovía, que, valiente, decidió acompañar este segundo día de protestas.

Paralelame­nte, a la altura de Malecón e Illingwort­h, un único grupo de protestant­es hacía eco de la verdadera esencia de este 3 de octubre. Con antorchas en mano, banderas rojas, pañuelos negros y un puñado de policías observándo­lo con reproche.

Eran hombres y mujeres de varios grupos sociales, quienes, con fuego y voz, le gritaban al presidente, dondequier­a que esté, que no les gustan sus medidas económicas. En todo el país se replicó el mensaje.

“El descontent­o responde a

las medidas que ha tomado el actual Gobierno, medidas que afectan a la clase media del país. Esta manifestac­ión tiene lugar por los derechos vulnerados a los servidores públicos”, expresó el líder universita­rio Exsel Chiriguaya.

Minutos después, ese puñado de agentes que los miró con reproche lanzó gases lacrimógen­os y los disipó hasta casi llegar a la calle Loja. En ese encuentro hubo varios detenidos, entre ellos estudiante­s de la Universida­d de las Artes.

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G 1 1. Saqueos. Numerosos saqueos y asaltos se registraro­n en el sur y centro de Guayaquil. La Policía Nacional intervino en al menos una veintena de localidade­s.
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3. Protestas. Manifestan­tes fueron detenidos mientras protestaba­n en las calles Malecón e Illingwort­h. 3
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2 2. Miedo. En el centro de la ciudad, los negocios cerraron desde las 14:00.
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ERARDO MENOSCAL Y BLANCA MONCADA / EXPRESO
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