El bloque correísta patalea y pierde
No pudieron dejar sin cuórum a la Asamblea, pero quieren destituir al presidente ❚ El correísmo es minoría y no lo sabe
Alos correístas solo les queda el pataleo. Pero no les basta. Ayer, trepados a la ola de la jornada de protestas, trataron de boicotear el debate sobre la Ley de Tránsito en la Asamblea Nacional y lo único que consiguieron fue demorarlo diez minutos. Al término de la jornada volvieron a la carga con una propuesta desesperada.
10:49. El vicepresidente César Solórzano, a cargo de la Presidencia como siempre, pide al secretario constatar el cuórum. La bancada correísta está casi completa, pero sus integrantes deciden no registrar su asistencia. Se ponen de pie y gritan consignas de barricada batiendo palmas acompasadamente: Lenín-moreno-hipócrita-traidor-el-pueblo-terechaza-en-todo-el-ecuador. La más entusiasta en estos menesteres es Gabriela Rivadeneira: dirige a los suyos con el rostro congestionado por la trascendencia histórica de lo que está viviendo. Grita como si la revolución mundial dependiera de ello: Nebot-moreno-y-lasso-con-el-paquetazo. “52 presentes, no tenemos cuórum”, anuncia el secretario y las barras correístas ganan en intensidad. Un poco más y tumban al gobierno.
11:00. El griterío continúa. Carlos Viteri ha desplegado un cartel escrito a grandes trazos: “Abajo el paquetazo. Fuera Moreno fuera”. Solórzano advierte: “No vamos a permitir que la Asamblea se convierta en un circo”. Y pide verificar el cuórum nuevamente. Otra vez los correístas se niegan a registrarse. Pero ya no hace falta. Sin ellos, suman 72 los asambleístas presentes en la sala. “Sí tenemos cuórum”, anuncia el secretario con voz triunfal y gozosa, y los que gritaban se silencian. Comienza la sesión.
Abre el debate Fernando Flores, de CREO, y lo hace ajustando cuentas con los correístas. “Les recuerdo que las elecciones las ganaron ustedes -les dice-, el señor Moreno fue candidato de ustedes, no nuestro. Ahora, si entre compadres se pelean, ya no es nuestra culpa”. Nuevos gritos se levantan en la bancada correísta. Entre ellos, uno que suena claramente: “¡Hijo de ppp…”. Prefiere no terminar la palabra la voz femenina que lanza el improperio. “Qué pena, oye -responde Flores sin despeinarse-, lo peor es que eres mujer”.
Con solo cuatro intervenciones concluye el primer debate de la Ley de Tránsito, que arrancó en noviembre del año pasado y ocupó siete jornadas. Dos o tres correístas habían pedido la palabra, pero César Solórzano no se da por enterado, lo cual propicia un nuevo griterío de la bancada. Así, aplaudiendo y gritando para que caiga el gobierno, con el cartel por delante, abandonan el salón plenario por la puerta lateral y salen en manifestación a la calle Piedrahíta. Allá van, a unirse a las protestas de los sindicatos y movimientos sociales que su gobierno trató de aniquilar.
Regresan horas más tarde. Se acaba de conocer el decreto de estado de excepción y ellos tienen un as bajo la manga, así que convocan a los medios de comunicación que tanto desprecian para contárselo. En el vestíbulo de la Asamblea, con la voz afectada y temblorosa de una Evita Perón otavaleña, Gabriela Rivadeneira exige una sesión extraordinaria del Pleno “para avanzar hacia la destitución del presidente” y convocar elecciones anticipadas. Magnífica idea. Quieren tumbar al gobierno, pero no tienen ni los votos suficientes para dejar sin cuórum la Asamblea.
EL DETALLE
Les cogió el apuro. La Comisión ocasional de Tránsito sesionará dos veces por semana con el fin de apresurar el segundo debate de la ley.
CONCLUYÓ EL PRIMER DEBATE
■ Que el cierre del primer debate de la Ley de Tránsito y Transporte coincidiera precisamente con el paro de transportistas fue, aunque no lo parezca, solo una casualidad. Los asambleístas que defienden los intereses de lo que llaman “la clase del volante” la aprovecharon en forma. Alberto Zambrano (PAIS), Fredy Alarcón (BADI) y Henry Moreno (CREO) se solidarizaron con los gremios.