La mejor bienvenida para Álex Quiñónez
El medallista mundial fue recibido por su esposa e hijas, con quienes ha compartido poco tiempo este año
■ El velocista ecuatoriano Álex Quiñónez llegó ayer a Quito luego de conseguir la medalla de bronce en los 200 metros planos del Mundial de Catar. La Bala, como también se lo conoce al atleta, pisó suelo nacional entre las felicitaciones de sus compatriotas y allegados, pero su mayor premio estuvo en casa, cuando pudo cargar por primera vez a su pequeña hija Tatier, a la que tuvo en sus brazos tras tres meses de espera.
Álex Quiñónez llegó ayer al país tras su histórica conquista de la medalla de bronce en el Mundial de atletismo disputado en Doha (Catar). Cansado por el largo viaje, quería llegar rápido a su hogar para fundirse en un abrazo con su esposa Jennifer y sus hijas Alexia y Tatier, a quienes ha visto poco tiempo en los últimos meses.
Fue recibido por Yadira Reyes, esposa del fisioterapista Caridad Martínez, con quienes vivió en Quito cuando fue recibido por el entrenador Nelson Gutiérrez e inició su regreso a la élite mundial.
Sorprendido por los aplausos de las pocas personas presentes en el arribo internacional del aeropuerto Mariscal Sucre, el velocista afirmó que “estoy orgulloso por la medalla conseguida, pero quería más que el bronce. Compito con atletas de mucho nivel, eso me motiva a superarme”.
Detalló que el festejo con la bandera tras la conquista en Doha no estaba preparado. Se la pasó su amiga y compañera Ángela Tenorio, quien lo alentó desde las gradas del estadio Khalifa junto a la delegación tricolor.
Al consultarle sobre la relación con el estadounidense Noah Lyles, ganador del oro, con quien se abrazó tras la semifinal y final, Álex contó que “nos llevamos muy bien desde la Liga de Diamante, donde compartimos en varias pruebas. Me felicitó por superarme, me dijo que sabía de mi historia, que estuve a punto de retirarme y que le gustaría que sigamos compitiendo”.
Diario EXPRESO acompañó al medallista mundial desde el aeropuerto hasta su domicilio y en el camino, al ver las protestas de los transportistas, comentó que conoció de la situación durante su viaje desde Catar, por los videos y publicaciones en redes sociales.
Manifestó que tras una gran temporada en la que consiguió el segundo lugar de la reconocida Liga de Diamante, la medalla de oro en los Juegos Panamericanos y la presea de bronce en el Mundial, Quiñónez se tomará unas vacaciones junto a su familia.
En este tiempo compartirá con su pequeña Tatier, quien nació hace cerca de tres meses y a la que no había podido tener en sus brazos. Solo la había observado de lejos en la clínica donde nació en la ciudad de Guayaquil.
La niña lo recibió desde la ventana de su casa, en el sector de Selva Alegre (Sangolquí), y junto a su madre bajó a abrazar al deportista.
Álex confesó que aprovechará también estos días de descanso para viajar a la provincia de Esmeraldas a visitar a su mamá, a quien no ve desde hace ocho meses.
“Estoy con muchas ganas de ver a mi madre y entregarle la medalla. Ella las guarda en la sala de su casa junto a los diplomas que he ganado”, contó el atleta y agregó que espera poder disfrutar “del encocado que prepara mi madre, es mi preferido, en especial el de cangrejo azul”.
El 3 de noviembre volverá a la pista de Los Chasquis, en Quito, para iniciar, bajo la supervisión del entrenador Gutiérrez, los trabajos de pretemporada enfocados en su mayor reto: Tokio 2020.
“Hemos cerrado el año con cosas importantes. Ahora, a pensar en el próximo capítulo, que es el más grande, los Juegos Olímpicos, para lo cual la preparación será más exigente”. En Tokio volverá a medir a sus rivales del Mundial, con la ilusión de una nueva hazaña.
EL DATO
19,70 segundos es la marca que se puso como meta Quiñónez para el próximo año. Su actual registro es de 19,87 segundos.