Los militares asumieron el trabajo de los transportistas
Trazaron rutas de traslado en ciudades de seis provincias del país
No solo están para el resguardo ciudadano sino también en el transporte. Los militares sacaron a las calles sus camiones y buses para realizar el trabajo que el gremio de la transportación se niega a ejecutar por plegarse al paro nacional. Fijaron rutas en ciudades de seis provincias del país, organizaron su flota y salieron a las calles.
El sargento Jhonny Delgado disponía la distribución de los ciudadanos en uno de los buses que salieron a las calles de Guayaquil. Aquí, según el oficial una de las rutas establecidas inicia en la Terminal Terrestre de la ciudad hasta su similar de Durán y de regreso, pasando por la estación de la Metrovía de La Atarazana.
Otra de las rutas en el Puerto Principal, según informaron las Fuerzas Armadas, es la Terminal Terrestre - Fuerte Huancavilca. “Hemos transportado a unas 200 personas (hasta el mediodía de ayer). Recién comenzamos a prestar este servicio. Es gratuito ahora que no tenemos transporte. Y estará operativo hasta las ocho de la noche, según las disposiciones que tenemos”, relató el oficial.
Tres rutas fueron trazadas para cubrir parte de la demanda del transporte en Quito. La primera inicia en la Universidad Central y termina en la T de la Ofelia; la segunda, desde Cóndor Ñan hasta El Recreo; y la tercera, desde La Alameda hasta la Terminal Interprovincial de Carcelén. Otras rutas fueron establecidas en la provincia de Manabí y en las ciudades de Puyo, Ibarra y Nueva Loja.
Los oficiales también cumplieron con su cometido de patrullar determinadas zonas. Un camión militar con un poco más de 20 uniformados recorrió la mañana de ayer el sector del Guasmo Sur, sur de Guayaquil, donde se registraron algunos saqueos y desmanes. Mientras que en el sur de Quito, fueron las primeras acciones conjuntas entre militares y policías, luego de la vigencia del estado de excepción.
Los uniformados estuvieron conformados por dos grupos, uno que estaba con trajes antimotines, con bombas lacrimógenas, escudos, y el otro grupo estaba con chalecos antibalas y portaban su fusil de dotación. Los antimotines ayudaron a retirar las llantas que estaban quemándose y a despejar las calles de manifestantes. El procedimiento se cumplió sin novedades ni enfrentamientos.