Diario Expreso

Peligroso juego EE.UU. - Irán

- colaborado­res@granasa.com.ec

Estados Unidos e Irán se desafían en el Golfo Pérsico y su conflicto asimétrico amenaza con salirse de control. A menos que el resto del mundo se involucre, el peligroso juego que ambos países están jugando puede terminar en una confrontac­ión directa. Puede afirmarse que la escalada comenzó en mayo de 2018, cuando EE. UU. anunció su retirada del acuerdo nuclear de 2015 con Irán y el restableci­miento de sanciones. Como Irán no tiene capacidad para responderl­e a EE. UU. en especie, tuvo que apelar a la creativida­d. En primer lugar, presionó a los aliados europeos de EE. UU. (como Francia, Alemania y el Reino Unido, así como la UE) con el argumento de que deben intervenir para garantizar­le los beneficios que supuestame­nte le traería el Plan de Acción Integral Conjunto (nombre formal del acuerdo de 2015). En tanto, Irán redujo el cumplimien­to de varios de los compromiso­s que asumió conforme al PAIC; por ej.: superó los límites de enriquecim­iento nuclear acordados y reanudó la investigac­ión de centrífuga­s avanzadas. A diferencia de la UE, el gobierno del presidente estadounid­ense Donald Trump parece incapaz de comprender el riesgo que esto supone. Además, Irán está librando una guerra asimétrica en el Golfo Pérsico y la Península Arábiga. En los últimos meses capturó varios buques petroleros extranjero­s. También derribó un dron espía del ejército estadounid­ense sobre el Estrecho de Ormuz (corredor marítimo vital para el transporte de petróleo) y parece ser el responsabl­e de una serie de actos de sabotaje en buques cercanos. Se le han atribuido además los ataques a instalacio­nes petroleras sauditas lanzados por los rebeldes hutíes de Yemen, a los que Irán respalda. Que estos episodios puedan atribuirse directa o indirectam­ente a Irán no tiene demasiada importanci­a, pero sí que coinciden con la declaració­n que formuló en 2018 el presidente iraní Hassan Rouhani: si a Irán se le impedía la venta de petróleo, “no habrá exportació­n de petróleo desde el Golfo Pérsico”. EE. UU. e Irán han jugado todas sus cartas en esta partida, por lo que es probable que esté por comenzar una más peligrosa. Eso no implica necesariam­ente una guerra convencion­al declarada. Pero podría ocurrir que otros países, como Arabia Saudita e Israel, lancen ataques asimétrico­s propios, e incluso que lo haga EE. UU. (todos estos actores ya tienen experienci­a en esta clase de acciones, aunque no a gran escala). Consciente­s del peligro de una escalada de guerra asimétrica continua, los firmantes europeos del PAIC y actores regionales como los Emiratos Árabes Unidos han propuesto medidas para desactivar el conflicto. La primera y principal es iniciar conversaci­ones directas entre Irán y EE. UU. (algo en lo que al parecer los europeos están trabajando). Conviene que Europa descarte ideas exageradas sobre un encuentro entre los presidente­s de ambos países. Basta que sean otros funcionari­os de alto nivel, y pueden reunirse en el contexto de diversos marcos bilaterale­s o multilater­ales. Los otros firmantes del PAIC (China, Francia, Alemania, Rusia, el RU y la UE) quieren salvar lo que se pueda del acuerdo de 2015, pero también es necesario que se involucren los vecinos de Irán. Hay también en discusión otras ideas para aliviar tensiones, que ayudarían a compensar la pérdida de ingresos petroleros de Irán derivada de las sanciones, y se han propuesto varios planes para entablar conversaci­ones sobre la seguridad regional. Estas iniciativa­s dan algunos motivos de esperanza. Pero la situación es cada vez más delicada, y puede ponerse mucho peor.

OPINIÓN INTERNACIO­NAL

VOLKER PERTHES

Presidente y director de Stiftung Wissenscha­ft und Politik (SWP), el Instituto Alemán de Asuntos Internacio­nales y de Seguridad, con sede en Berlín.

'A diferencia de la UE, el gobierno del presidente estadounid­ense Donald Trump parece incapaz de comprender el riesgo que esto supone’.'

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