‘Sanar’ las hierbas para que curen mejor
Con un antiguo rito se eliminan las malas energías de los montes
Los montes y las hierbas “tienen que ser sanados para que surtan el efecto curativo”, decía el tayta Juan, mientras sahumaba con el humo de un cigarro y soplaba con un poco de agua bendita unos atados de hierbas medicinales, como parte de un rito ancestral.
Así prepara y elimina cualquier contaminación de los montes para, desde su cosmovisión, alistar los fármacos naturales. “Es también para, con la ayuda de los dioses, tener mayores ventas”, adujo el sanador de rostro adusto.
Los montes, extraídos de los cerros, son el toronjil, valeriana, cola de caballo y otros, que en el trayecto pudieron haber cogido energías negativas que pudieran restar sus bondades curativas. “Es así como aprendí de mis antepasados”, anotó.
María Pintado, una mama nativa de la parroquia Sayausí, dice que el antiguo rito que hace Juan ya casi no se practica.
Gloria Méndez, otra conocedora de la medicina alternativa, explica que ese acto tiene que ver con la purificación del ambiente. “Es igual a como limpiamos nuestro pelo, nuestra piel y hasta nuestros órganos”, indicó, y señaló que el sahumar “nuestros espacios es una forma ancestral y antigua de restablecer la armonía y el equilibrio de las energías”.
Lo que hace Juan, con el humo del cigarro y el agua, es nivelar o equilibrar las energías de ese espacio, donde se han colocado las hierbas y montes para lograr un ambiente similar al del lugar donde crecen las plantas y así estas puedan brindar una mayor acción curativa.
Ellas coinciden con Juan el curandero, en que otro de los secretos es recoger las plantas de la propia naturaleza “con amor, tranquilidad y alejado de odio, rencor o ira”. Pero ante todo -aclaran-, hay que saber primero reconocer cada planta y su valor curativo.