Las FF. AA. se convierten en blanco
“Hay un plan para atacar a los militares”, dicen analistas.
Unos 80.000 uniformados, entre policías y militares, están desplegados desde la semana pasada en el país, mayormente en Quito, Guayaquil y la región Sierra, con cuatro grandes objetivos: dar seguridad a los ciudadanos, recuperar la movilidad en las calles y carreteras, evitar los saqueos y desmanes, y recuperar la normalidad.
El plan militar para pacificar al país, que el mando castrense mantiene en reserva y que está dirigido desde Guayaquil, ha recibido fuertes cuestionamientos por la inseguridad y el caos reinante.
Dos analistas y estrategas militares, los coroneles Jorge Villavicencio y Alberto Molina, creen que los ataques a los miembros de la fuerza pública son parte del bien orquestado plan político que, desde hace meses, se ha diseñado para desestabilizar al Gobierno del presidente Lenín Moreno, y que encontró en la eliminación de los subsidios a la gasolina extra y el diésel el motivo perfecto para echarlo a andar.
En los últimos días han circulado mensajes falsos en los que se ha intentado hacer creer que los militares le han quitado el respaldo al presidente.
Según Molina, la intención de esos mensajes es desestabilizar la democracia y desacreditar el accionar militar, que él considera que sí ha tenido falencias, más que nada por las carencias de equipamiento y comunicaciones; pero también porque aún tienen disminuida su capacidad operativa y tampoco han logrado completar la estructura de inteligencia militar necesaria para hacer los análisis que permitan adelantarse a las acciones de protesta.
Villavicencio y Molina aseguran, por la información que tienen, que detrás de las protestas de los grupos sociales e indígenas, tal como lo ha señalado el Gobierno, están las bases del correísmo, que son lideradas, entre otros, por quienes aún tienen cargos de poder en las prefecturas, municipios y juntas parroquiales. A ello se suman los dirigentes gremiales e indígenas que, dicen, no responden a los intereses de sus comunidades sino a la simpatía correísta.
Las directrices, insisten, llegan desde Venezuela, y tienen financiamiento de mafias que están en ese país, Cuba y Rusia.
EL DETALLE
Evitar la confrontación es una de las consignas recibidas por los militares para pacificar el país.