Diez días de un país con dos velocidades
Ecuador ha pasado la semana entre protestas y ganas de volver a la normalidad ❚ Quito está dividido en dos realidades
Ecuador no se recupera en pero lo intenta. Han pasado diez días desde que iniciaron las protestas en contra de las medidas económicas anunciadas por el Gobierno, y el país no recupera su tranquilidad. La normalidad para el desarrollo de sus actividades.
Desde el régimen se habla de que el 70 % del país ha retomado sus actividades de forma normal, mientras que el 30 % aún tiene varios focos de protestas que mantienen a provincias aisladas y sin que puedan trabajar, sin clases y desarrollar sus actividades de manera normal.
Aún existen carreteras cerradas al tránsito vehicular, que han impedido incluso que en este feriado salgan. Mucha gente se quedó con las maletas hechas. Un reflejo de esto fue la terminal terrestre de Quitumbe en Quito, donde alguna gente llegó con sus maletas listas para tratar de viajar.
Las ventanillas de las diferentes cooperativas de transporte interprovincial estuvieron cerradas. La única que ofrecía su servicio era la que iba hasta Santo Domingo de los Tsáchilas. La venta de boletos se daba, no sin antes advertir a los viajeros que el traslado estaba sujeto a que no haya obstáculos en la vía que impida el libre tránsito de las unidades.
En redes sociales, la gente buscaba información de cómo estaban las vías para viajar a la Sierra centro. La respuesta era que en sectores de Chimborazo, Cotopaxi, hay vías cerradas y no hay cómo circular. Situación que cambiaba para la región de la Costa en donde los reportes eran que las vías estaban habilitadas y se podía viajar.
La capital de los ecuatorianos también muestra dos caras. Una es la que luce el sur y otra muy diferente la que tiene el norte de la ciudad. El centro histórico, en donde todo está con barricadas de la policía para enfrentar a los manifestantes, y el sector de El Arbolito en donde se han concentrado las organizaciones indígenas, dividen a Quito.
En el sur aún existen protestas y recelo de los habitantes y transportistas de salir a realizar sus actividades de forma normal.
Aún muestra gente en camionetas, camiones, buses escolares y uno que otro bus de servicio público. Los locales permanecen cerrados, sus calles manchadas por la quema de llantas y otros materiales. El anuncio de un centro comercial de que ayer abrirá sus puertas de manera normal, quedó en el anuncio.
Entre tanto, el norte de la ciudad tiene otra cara. Más limpio, tiene transporte público y municipal, los locales funcionan con relativa normalidad, los centros comerciales están abiertos y la gente llegó hasta los parques como el de la Carolina para hacer deporte, ya que no salió en este feriado.
Incluso hay ciudadanos que trabajan en oficinas particulares que lo hicieron ayer de manera normal, para ya no asistir hoy sábado. Es el caso de Carlos Márquez, quien es parte de un consorcio de abogados que junto con Verónica Cueva, la secretaria, dijeron a EXPRESO, que han podido movilizarse sin problema desde Carcelén y Cotocollao, respectivamente, hasta su trabajo.
El hombre afirma que aún existe el miedo de que haya movilizaciones y protestas por lo que la gente está a la expectativa. “Oímos una sirena y pensamos que ya viene la marcha, nos asomamos a las ventanas y vemos que son los bomberos que pasan a alguna emergencia”, relata.
En el norte, ayer se inició la Copa Libertadores de Fútbol Femenino, y se jugó en los estadios de Liga de Quito en el sector de Ponceano y en el estadio Olímpico Atahualpa, en el Batán, ambos en la parte norte de la ciudad.
En los valles cercanos a Quito, San Rafael, Tumbaco, Cumbayá, la calma reina y las actividades se desarrollan con absoluta normalidad.
EL DATO
Paralización. En la Panamericana Sur, a la altura de Alóag, que une la Sierra centro y la Costa con Quito, los manifestantes piden dinero para dejar pasar.