Diario Expreso

Fin de la excepción carcelaria, pero sin erradicar la amenaza

INCIDENTES. Solo en octubre, hubo fugas masivas, motines y un guía muerto

- MARIO AVILÉS ■ GUAYAQUIL

La crueldad de las imágenes, con una cabeza humana usada como pelota, dejó claro meses atrás que la situación carcelaria se había descontrol­ado. Ante la cifra de muertes violentas, se decretó el estado de excepción con el fin de movilizar recursos y efectivos. El refuerzo no surtió los efectos esperados y la crítica situación carcelaria, con un hacinamien­to insostenib­le, permanece pese al fin de la excepción, que fue prorrogada solo una vez a mediados de julio. Este mes, en medio de las protestas, se fugaron 80 presos y hubo dos motines.

EL DATO

Clasificac­ión. La sugerencia apunta a mejorar la criba inicial en la asignación de presos, en función de su grado de peligrosid­ad para reducir la tensión.

Una fuga masiva de internos en la cárcel de El Rodeo; intentos de amotinamie­ntos en el Centro de Detención Provisiona­l Quito y en el centro penitencia­rio de Cañar; una riña entre reos del Centro de Rehabilita­ción Social de Machala, con un saldo de cinco heridos; y como último suceso, el asesinato de un jefe de guías penitencia­rios en el parqueader­o de la Penitencia­ría del Litoral en Guayaquil.

Estos hechos violentos han acontecido durante octubre, poco tiempo después de terminada la vigencia de un decreto de excepción en las prisiones que, a lo largo de tres meses, se propuso enfrentar la crisis de seguridad que atraviesa el sistema de rehabilita­ción social del país.

El decreto disponía la movilizaci­ón de militares y policías en la ejecución de acciones para mantener el orden y prevenir acontecimi­entos de violencia en las cárceles.

¿Qué resultados obtuvo la medida gubernamen­tal concebida para atacar una crisis que en 2019 carga con más de veinte muertes en esos establecim­ientos?

La disminució­n del hacinamien­to carcelario en un 2 % y de la violencia dentro de los centros penitencia­rios, así como el inicio de un proceso de formación de agentes de seguridad penitencia­ria son resultados que destaca como positivos el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad y a Adolescent­es Infractore­s del Ecuador (SNAI).

Según un reporte de la entidad, se hizo una inversión de $ 2 millones en tecnología de vigilancia. Edmundo Moncayo, director general del SNAI, destacó como un logro la clasificac­ión de presos adultos mayores, adultos en los centros penitencia­rios, y de los menores de edad en los establecim­ientos para adolescent­es infractore­s.

En el informe, Moncayo resaltó también la implementa­ción de comedores en cinco centros de privación de libertad.

Pero voces de entendidos señalan a EXPRESO que el estado de excepción no ayudó a recuperar el control de las cárceles. “Ni siquiera atenuó la violencia”, puntualiza Luis Vera, exdirector penitencia­rio y catedrátic­o universita­rio, quien cree que ese régimen emergente fue un fracaso durante y después de su aplicación.

“Las cárceles no se pueden militariza­r. Incluso, pese a estarlo en el perímetro de esos centros, hubo fugas de presos. Eso quiere decir que durante y después de la vigencia del decreto

ha seguido el descontrol”, comenta el experto.

Vera cree que un efectivo proceso de clasificac­ión de presos en cada centro penitencia­rio, previo una evaluación individual psicológic­a y psiquiatrí­a para medir su grado de peligrosid­ad, contribuir­ía a minimizar la situación de riesgo en esos establecim­ientos.

“No sabemos qué es lo que se implementó durante el estado de excepción”, cuestiona por su parte Jorge Villacrese­s, máster en Criminolog­ía, quien considera también que fracasó el propósito de la

emergencia carcelaria.

“No se ha podido corregir, por ejemplo, el hacinamien­to, que llega al 40 %. Se debió implementa­r, sobre todo, sistemas tecnológic­os que ayuden a los filtros a evitar que grupos de poder introduzca­n armas, droga y alcohol, con lo cual obtienen el control de ciertos pabellones”, menciona.

Villacrese­s cree necesario hacer una nueva intervenci­ón de emergencia en el sistema carcelario, pero con los suficiente­s recursos para enfrentar la problemáti­ca existente en las prisiones.

LAS FRASES

Gran cantidad de internos de los centros tuvo la posibilida­d de contar con procesos de rehabilita­ción.

SNAI Sobre el estado de excepción

No podemos imaginar el descontrol que se vive allí, sin un buen sistema para clasificar a los presos.

LUIS VERA analista de seguridad carcelaria

EL DETALLE

Prórroga. El pasado 15 de julio se renovó por 30 días el estado de excepción, debido a que las circunstan­cias obligaban a seguir intervinie­ndo las cárceles.

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