Chile no apaga su malestar pese al paso atrás oficial
Tres muertos en incendio de un supermercado ❚ La sede de El Mercurio en Valparaíso incendiada ❚ Chile clama en las calles
Las virulentas protestas por el alza del metro evolucionan a descontento general con el Gobierno.
Chile vivió ayer en su tercer día desde el inicio de las protestas, con prácticamente todo el comercio cerrado, suspensiones y cancelaciones de vuelos en el aeropuerto y un escasísimo transporte público, en medio de las peores protestas desde el retorno a la democracia en 1990, que suman tres muertos.
El centro de Santiago mostraba por la mañana imágenes dantescas de destrucción: semáforos en el suelo, restos de autobuses quemados, comercios saqueados y miles de piedras y palos sobre las calles tras la serie de protestas que se iniciaron el viernes con el alza de las tarifas del metro pero que luego hicieron eco de muchas otras reivindicaciones sociales.
Pese a regir el toque de queda y a que se desplegaron casi 10.000 militares en las calles, los disturbios continuaron durante toda la madrugada en Santiago y otras ciudades, como Valparaíso y Concepción, hasta donde también se extendió la medida que restringe la circulación.
En Santiago, tres personas murieron el sábado en un gigantesco incendio tras el saqueo de un supermercado de la cadena Líder. Otras cinco fallecieron la tarde de ayer también por el fuego en una fábrica de ropa en la comuna de Renca.
La Fiscalía informó que hasta ayer sumaban 1.462 detenidos en todo Chile en tanto crecen los saqueos al comercio.
Tras el aumento de las barricadas, los incendios y los saqueos, en medio de las protestas en contra de la carestía y la desigualdad social en el país, el gobierno decretó un nuevo toque de queda, que se suma al que se determinó este sábado, que rige desde las 19:00 de ayer hasta las 06;00 hoy.
Otro blanco de las protestas fueron los buses del transporte público y las estaciones del metro. De acuerdo al Gobierno, 78 de ellas sufrieron destrozos, algunas quedaron completamente destruidas, y se desconoce cuándo la red podría estar completamente operativa de nuevo. Tardaría meses, según expertos. “Esto no es solamente por el metro, es por todo. Los chilenos se aburrieron de las injusticias”, afirmó a la televisión local Manuel, un trabajador que intentaba llegar ayer a su lugar de trabajo.
Bajo gritos de “basta de abusos” y con la consigna en redes sociales de ‘Chiledespertó’, el país enfrenta extendidos reclamos contra un modelo económico en el que el acceso a la salud y a la educación es prácticamente privado, con una alta desigualdad social, bajas pensiones y un alza de los servicios básicos. La manifestación no tiene un líder definido ni un pliego concreto de peticiones.
De momento se alza como un reclamo generalizado en contra de un sistema económico neoliberal que tras el éxito aparente de las cifras macroeconómicas, esconde un profundo descontento social.
Hasta ahora las autoridades no han entregado un balance de detenidos y heridos en estas extendidas protestas, las más violentas que se recuerden desde el retorno a la democracia tras el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Casi no circulan autobuses en la cuidad y el metro sigue inutilizado. Los taxis y las diversas aplicaciones móviles -cuyas tarifas estaban por las nubeseran prácticamente la única forma de movilizarse en esta cuidad de siete millones de habitantes que ha soportado dos jornadas de violencia extrema.
En el puerto de Valparaíso, los bomberos seguían apagando las llamas del incendio que destruyó por completo un supermercado de esa ciudad.
El presidente Sebastián Piñera -que anunció ya la víspera la suspensión del alza de las tarifas del metro- tenía previsto ayer reunirse con sus ministros y otras autoridades para discutir cómo hacer frente a una situación. Protestas de tal magnitud eran inimaginables hasta hace escasos días, cuando el mismo mandatario se refería a su país -que tiene previsto acoger a mediados de noviembre la cumbre de líderes del foro de Cooperación del Asia Pacífico (APEC)- como un “oasis” de tranquilidad en la región.
La Cámara de Diputados tenía prevista para ayer una sesión especial. Hoy, en tanto, cuando universidades y colegios suspendieron clases, los estudiantes se convocaron a una nueva jornada de protestas.