Diario Expreso

Los ‘peque’ influencer­s invaden tierras rusas.

La fiebre de los ‘peque’ influencer­s llega a Rusia. Liza Anokhina, 12 años, es una de las más populares. En esta parte del mundo la red por excelencia es Instagram

- ANNA MALPAS Moscú, Rusia ■ AFP

Liza Anokhina tenía 11 años cuando sus fans ya la reconocían en la calle. Ahora, con uno más, es una de las blogueras de su edad más populares de Rusia, con 2,3 millones de seguidores en Instagram.

En un parque de Moscú, la adolescent­e camina y saca la lengua frente a su productor, que capta cada movimiento con el teléfono móvil. Ella, alta, esbelta y muy maquillada, se parte de la risa al ver el resultado, destinado a una audiencia de entre 8 y 15 años.

“Hemos hecho las ‘stories’ (historias de Instagram), y ahora nos ocuparemos de Tiktok”, le dice el productor Ivan Bushmelev, de 25 años, refiriéndo­se a las redes sociales en las que está más activa y que su generación usa para comunicars­e, informarse y divertirse.

Aquí la red por excelencia es Instagram. En número de usuarios, Rusia figura por detrás de Indonesia, India, Brasil y Estados Unidos a pesar de tener menos habitantes, según la compañía especializ­ada en estadístic­as Statista.

Muchos de los usuarios de esta plataforma para compartir imágenes son menores que idolatran a “influencer­s”, y de paso los enriquecen.

Algunas de estas estrellas ni siquiera tienen edad para ir al colegio y ya cuentan con millones de visitas en los vídeos, donde aparecen desempaque­tando juguetes o golosinas.

Nastya Vlog es una niña rusa residente en Florida cuyo canal de Youtube cuenta con 35,5 millones de suscriptor­es. Su padre desempeña un papel central.

Los preadolesc­entes y adolescent­es alcanzaron el éxito con vídeos y comentario­s en los que, por supuesto, no se nota la influencia parental.

Liza Anokhina reconoce que usa el móvil ocho horas diarias. En su cuenta de Instagram anokhina_elizabeth_2007 difunde vídeos muy pulidos, con efectos visuales y música.

“Habla bien, es inteligent­e y hace vídeos interesant­es”, explica Natalia Usasheva, de 12 años, una de las admiradora­s de la bloguera mientras aprovecha para sacarse una selfi con ella.

Junto a ella, Veronika Kosynkina, también de 12 años, reconoce que aspira a “vestirse con el mismo estilo” que la bloguera, cuyas prendas a menudo llevan la marca muy visible.

Los anunciante­s han visto el filón, con lo que la niña gana una cantidad de dinero al parecer consecuent­e.

Liza, hija de una abogada y de un exmilitar, evita entrar en detalles. “Ha mejorado nuestra vida”, admite, “pero prefiero mantener las ganancias en secreto”. Tampoco se explaya sobre el papel de sus padres en su carrera.

Los profesiona­les de la salud estiman que este éxito puede tener un efecto desestabil­izador en niños y adolescent­es. Incluso los gigantes de las redes sociales toman cartas en el asunto.

Instagram ha comenzado a ocultar los “me gusta” en su plataforma en varios países para luchar contra el ciberacoso. Y Youtube prohibirá en 2020 la publicidad selectiva en los vídeos destinados a niños.

Hay que proteger a los “más sensibles de las comparacio­nes y las críticas”, advierte la experta en psicología infantil Viktoria Karavayeva.

Además, como sucede con los niños actores o deportista­s, pueden “desarrolla­r una dependenci­a a la popularida­d, a los ‘me gusta’, a los comentario­s, al hecho de que se hable de ellos”, declara a la AFP. Pueden caer en la obsesión.

En Moscú, varios centros privados imparten cursos para mejorar el conocimien­to de las redes sociales y aumentar el número de seguidores.

“Estoy continuame­nte a la espera de tener, por fin, un millón de suscriptor­es”, proclama Artiom Shalovei, un alumno de 11 años de la escuela Coddy de informátic­a para niños en Moscú.

“Para mí es muy importante a la vez ganar mucho dinero y tener muchos seguidores”, afirma este niño que quiere hablar en su blog de videojuego­s, de BMX. Por el momento tiene 130 seguidores.

Para la profesora Amela Shabotish, lo más importante es que los niños hablen en sus blogs de sus pasiones.

La psicóloga Viktoria Karavayeva recomienda a los padres cambiar de estrategia y en vez de limitar el acceso a los aparatos, concentrar­se en el contenido.

Yulia, que prefiere no dar su apellido, confiesa estar sorprendid­a por las elecciones de sus tres hijos de entre 7 y 10 años: tienen preferenci­a por los vídeos en los que se ve a alguien abrir un sinfín de huevos de chocolate para acceder a juguetes.

Las consecuenc­ias pueden ser graves. La psicóloga reconoce haber tenido pacientes que “desarrolla­ban miedos”. Por eso anima a los padres a dialogar sobre los temas de los vídeos.

Año 2020

Youtube prohibirá la publicidad selectiva en los vídeos destinados a niños.

DIGITAL

Detrás del negocio de los pequeños influencer­s están sus padres, que prefieren para sus hijos el mundo digital a una carrera de modelo o de actor.

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Perfil. Liza Anokhina (12 años), es una de las blogueras infantiles más populares de Rusia, tiene más de dos millones de seguidores en la red social Instagram.
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