Un brindis con colada morada, por los difuntos
Preparar esta bebida es una especialidad en algunas panaderías de Playas ❚ Las guaguas son el infaltable complemento
Llegó noviembre, mes de los difuntos, que recuerda y celebra un universo de gente que ya no está, pero que también se ha convertido en una oportunidad comercial para generar ganancias.
En memoria de los que pasaron a mejor vida, en una especie de brindis, se toma colada morada acompañada de las tradicionales guaguas. La preparación de estos bocadillos es la prioridad en algunas panaderías, especialmente en las de antaño.
La venta de los panes de pascua comienza una semana antes del Día de los Difuntos. Los precios de la colada morada van desde 1 dólar y 1,50 cada vaso. Igual precio tienen las guaguas.
Dennis Mite, es una chef pastelera que hace tortas y bocaditos durante todo el año en su local Dulce Bocado, en el cantón Playas. Pero por estas fechas se dedica a preparar la colada morada y las guaguas de pan, con lo cual mejora sus ingresos.
Recuerda que la colada que prepara tuvo su origen en las grandes mesas que su abuela ponía en estas fechas, con la comida que más gustaba al difuntito.
Estos alimentos preparados en honor al muerto se los repartía entre los visitantes, quienes al grito de “Ángeles somos, del cielo venimos”, lo devoraban todo, rememora. Allí estaba la olla de colada morada esparciendo su aroma por toda la casa. Era la más apetecida por los improvisados y repentinos comensales.
Reseña Mite que en familia se las servía con humitas, tortillas de maduro y choclo, que preparaba su difunta abuela Carmen Reyes.
Ella, según dice, se la preparaba con agua aromatizada
con hierbas, hojas de naranja frescas, harina de maíz negra, naranjillas, durazno y otras frutas. Todo se elaboraba artesanalmente, recuerda Dennise, quien aprendió de su abuela a hacer la bebida.
Dennise después perfeccionó la preparación con una mejor presentación de su producto, sin perder la esencia el aroma y el sabor de las coladas de antaño.
La tradición de las grandes mesas de los difuntos ya se está perdiendo. Apenas unos cuantos la conservan en el tradicional barrio Balcón del Pacífico, en el norte del cantón, y también en las comunas donde viven las familias
más antiguas, comenta la especialista en repostería.
Panchito Mite, de 70 años, es un panificador ancestral. Heredó de sus abuelos el arte de hacer pan en hornos de leña. Cuenta que desde ese entonces ya se hacían las guaguas de pan. Alguien llegó de la Sierra y enseñó a hacer esos bocadillos que realmente tienen origen andino, sostiene Mite.
Su panadería Vienesa es una de las pocas que conserva la tradición de hacer las guaguas. El arte de hacer esos panes especiales se los transmitió a sus hijos, quienes nunca van a dejar morir la tradición, asegura el experto.
LA FRASE
La bebida se la aromatizaba con hierbas y se la acompañaba con humitas o tortillas. DENNIS MITE chef pastelera de Playas