un espacio para compartir, enseñar y divertirse
Los pequeños que participan en la elaboración de los platillos desarrollan valores como la responsabilidad y autonomía
La cocina es el espacio del hogar donde se fusionan los vegetales, carnes y frutas hasta convertirse en un platillo listo para disfrutar en la mesa. Es allí donde los niños también pueden contribuir en las tareas domésticas y desarrollen su capacidad de aprendizaje. EXPRESO les presenta algunas recomendaciones para sacarle provecho a este espacio y divertirse entre todos.
La responsabilidad y autonomía son los principales beneficios que obtienen los pequeños que colaboran en la elaboración de alguna preparación. Así lo asegura la psicóloga clínica guayaquileña Carolina Huerta, quien, además, afirma que los niños de 18 meses o 2 años deberían ingresar a la cocina para que así “conozcan los procesos. Por ejemplo, si algo se hornea les incentivará la paciencia”.
La también coach sugiere que el arte culinario debería ser una materia que regrese a los centros educativos y sea orientado a mejorar la inteligencia emocional.
Un comentario similar formula el psicólogo clínico Jorge
La intervención de los chicos en el arte culinario les fomentará a conocer mejor los alimentos como las verduras
Flores Crespo, quien subraya que la educación actual necesita de nuevas e innovadoras estrategias que permitan tanto a los docentes como a los estudiantes fortalecer el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Es así que incorporar la cocina como estrategia nueva dentro de las aulas será vista más que un tabú, una verdadera oportunidad que permitirá alcanzar habilidades y destrezas idóneas para su desarrollo, asegura.
Añade que la preparación de un plato exótico encierra un sinnúmero de procesos que impulsarán a los chicos a relacionarse con los aprendizajes impartidos en el currículo, “asignaturas como matemática, química o física general (volumen, peso, mezcla, etc.) podrán ver su aplicabilidad práctica”.
No obstante, para la psicoeducadora Cristina Suárez comenta que los beneficios no solo se dan en el ámbito educativo. Ella recalca que ayudar en la cocina fomenta la creatividad de los pequeños porque “los distrae y su autoestima sube cuando las personas elogian lo que hacen”.
Los expertos coinciden que si hay manipulación de alimentos también habrá una óptima alimentación.
Esto lo confirma un estudio elaborado por científicos del Centro de Investigación Nestlé, en Lausana (Suiza), que determinó que los infantes que ayudan a elaborar sus propias comidas ingieren más cantidad de verdura que aquellos que no se involucran. La ganancia: desarrollar hábitos alimentarios más saludables.