Además de urbanismo, es cuestión de salud
Para Mariuxi Trujillo, integrante del equipo que elaboró la propuesta, resulta fundamental que las autoridades locales acojan proyectos de este tipo, sobre todo por la salud. “Las altas temperaturas contribuyen directamente al riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, respiratorias y de piel. Hay estudios”, asegura, indicando que entre los más afectados, constan personas con enfermedades crónicas y de edad avanzada, “a quienes en gran número se las ve circulando por el centro de la ciudad”.
A esto se suman los golpes de calor y deshidrataciones que, a decir de Ernesto Carrasco, presidente de la Federación Médica Ecuatoriana, pueden desarrollar personas con enfermedades crónicas.
En cuanto al tipo de árboles que se debe plantar, el máster en Biodiversidad, Felipe Espinoza De Janón, docente investigador de la Universidad Amazónica Ikiam, dice que las especies que en el centro de Guayaquil se deberían sembrar deben cumplir al menos con uno de los siguientes criterios: hábitat para la biodiversidad, sombra, paisajismo y especies raras para atraer turismo. Además deben salir de un pool de especies nativas y endémicas.
Por ejemplo, para biodiversidad se podrían utilizar ceibos y pijios (este último desaparecido del área urbana y de muchos de los bosques aledaños, y que es el hábitat del papagayo de Guayaquil); para generar sombra. Y para turismo, especies atractivas o endémicas como el beldaco, de corteza verde y vetas verdes fosforescentes, bastante llamativo; entre otros.
EL DETALLE
Beneficio. Reducir la temperatura del piso disminuiría también la del ambiente, lo cual, a la vez, beneficia a quienes habitan o visitan estos sitios.