Libros y vinilos que prevalecen
Aunque la música y las obras literarias están disponibles en la red, de modo virtual o digital, hay formatos físicos que resisten.
Vivimos en una era digital y eso, en principio, repercute en nuestra manera de consumir arte, ocio y cultura. Es el caso de, por ejemplo, la música: según datos de la Asociación de la Industria de Grabación de América (RIAA), el 80 % de los ingresos de esta industria provienen del ‘streaming’ (retransmisión a través de internet, en soportes como Spotify).
Además, el consumo de música pirata disminuyó en un 11 %, según la International Federation for the Phonographic Industry (IFPI). No parece funcionar igual en la literatura, donde las ventas de libros electrónicos decayeron en casi un 5 % a comienzos de año, según la Asociación de Editores Estadounidenses. Y, a su vez, la piratería en este sector es mucho más fuerte. Por ejemplo, en Rusia, la editorial Eksmo afirmó que el 95 % de todos los libros digitales rusos son copias piratas. En España, el informe de la Federación de Gremios de Editores de España de 2018 hablaba de que un 80 % de libros consumidos el año anterior eran piratas.
Hay algo en común entre la música, donde lo digital triunfa de manera legal, y los libros, donde la batalla está más reñida.
En ambos casos, hay una resistencia de lo material, pues las ventas de los libros físicos han crecido y, además, ha habido un resurgir de los vinilos.
Mucho antes de que la música digital llegase para desbancar poco a poco a los CD, estos, a su vez, y junto a las cintas (cassetes), le comieron el terreno a los vinilos. Y, sin embargo, son ellos los que, en pleno siglo del internet, han renacido cual ave fénix de sus musicales cenizas. Y es que, por primera vez en 33 años, se han vendido más vinilos que CD (que, pese a todo, se siguen demandando), según la RIAA.
Solo en la primera mitad de este año se comercializó más vinilos (casi un 13 %) que en el mismo período del año anterior. No solo aumentaron las ventas: también los precios. Así, los vinilos, como una especie de objeto de culto o coleccionismo, se han revalorizado y encarecido. De acuerdo con datos de ebay, de 2007 a 2017, el precio de un nuevo disco se encareció en un 490 % (de 4,80 dólares a 28,40).
Un resurgimiento que creció a lo largo de esta segunda década del 2000. ¿Y por qué de todos los formatos físicos es el vinilo el que ocupa esa pequeña parcela que quedó libre de la dominación de lo digital? Sencillo: la
música, a veces, nos entra por los ojos. Una cuestión estética que explicó Mara Kuge, presidenta y fundadora de Superior Music Publishing, a CNBC.
“Si quieres oír una canción, casi siempre vas a poder encontrarla en ‘streaming’... Pero si quieres un medio físico que coleccionar y mostrar, vas a querer el que tenga mejor empaque y diseño, y eso es el vinilo”, dice Kuge.
Por su parte, la de los libros es una industria en la que lo físico ha resistido a la era digital. El libro electrónico no ha desbancado “al de toda la vida”, como sí ha ocurrido en otros sectores del arte, el ocio y la cultura. De acuerdo con un informe de la empresa de consultoría PWC, y a diferencia de lo que estiman con videojuegos, música o películas en formato físico; las ventas de libros en papel aumentarán un 1 % cada año hasta 2022. Con esa previsión, no sorprenden los datos de The NDP Group, según los cuales, durante 2018 aumentaron en un 6,9 % las ventas de libros de tapa dura en Estados Unidos.
Además hay, de nuevo, un factor coleccionista: según la Asociación Estadounidense de Libreros, las ventas en librerías independientes crecieron un 5 %. Una resistencia que puede deberse a que, a diferencia de una canción o película en la que el formato físico o digital ofrecen una experiencia muy similar a la hora de disfrutar del contenido, con los libros no sucede lo mismo.
NUEVO PRECIO
A lo largo de esta última década, las ventas de vinilo llegaron a crecer más de un 130 % y su precio a encarecerse casi un 500 %, según datos publicados por ebay.
A la venta por la nostalgia del vinilo
1. El retorno del acetato. A lo largo de esta última década, las ventas de vinilo han llegado a crecer más de un 130 %.
2. A la venta. Vista de discos y vinilos en una tienda de Chicago (EE.UU.).
3. Recuperación. Un empleado recicla vinilos en la fábrica de vinilos de GZ Media en Lodenice (República Checa).
TOCAR CON LAS MANOS, LO QUE SE LEE O SE ESCUCHA
“Los libros en papel sí que ofrecen una experiencia diferente a la de los libros digitales”, al menos es lo que piensa el analista editorial Mike Shatzkin. Al igual con los vinilos, la estética y lo visual juegan un valor importante: “le atribuimos un valor sentimental al ver ordenados los libros en una estantería, y a tener un recuerdo tangible de una experiencia o una época de nuestra vida”, dice Shatzkin. Es el valor de lo físico, uno que no tiene en cuenta las comodidades de lo digital, sino una serie de razones más profundas. Un concepto al que, según una serie de experimentos sobre los que escribieron Carey Morewedge de la Universidad de Boston, y Ozgun Atasoy de la Universidad de Basilea; podemos definir como “propiedad psicológica”. Y es que se prefiere pagar por un bien tangible que por su equivalente digital. Cuesta asimilar ser dueños de algo que no se puede tocar. Quizá se quiere seguir abarcando con las manos algo que ya se disfruta con otros sentidos como el oído y la vista.