DEPORTES
La palabra proceso suena a utopía en los equipos de fútbol del país, donde se impone la urgencia de resultados
Ante la renuncia de Leonardo Ramos, el chileno Nelson Tapia dirigió interinamente a Barcelona,
ayer ante Olmedo.
En diciembre de 2018, cuando Guayaquil City ya estaba condenado a terminar el torneo en el último lugar de la tabla, la dirigencia sorprendió a todos renovando el contrato del director técnico Pool Gavilánez hasta 2022. Hace pocos días, Deportivo Cuenca hizo algo similar, al ratificar a Tabaré Silva para la próxima temporada, aunque el Expreso Austral ya no tiene opciones de clasificar a los playoffs de la Ligapro.
En un país donde la continuidad de los entrenadores depende de los resultados, ellos se convirtieron en la excepción que confirma la regla.
Y es que la palabra proceso prácticamente está proscrita en el diccionario del fútbol ecuatoriano. Es una especie de “religión” con muchos ateos, por lo que no resulta extraño la gran cantidad de profesionales que pasan por los banquillos de la mayoría de los equipos.
También está el otro lado de la moneda, representada por clubes como: Delfín, Emelec y Guayaquil City, donde la convicción es el sello de identidad de sus directivos.
“Creo que lo que nos ha permitido permanecer tanto tiempo en el club es la capacidad de los jugadores y un dirigente serio (José Delgado) que tiene claro que para conseguir objetivos no solo se debe ver lo que pasa en una semana, sino cumplir objetivos propuestos desde él, que es la cabeza principal, hacia abajo”, le dijo a EXPRESO Fabián Bustos, estratega argentino que llegó al club cetáceo en 2015, en calidad de gerente deportivo, para luego asumir la dirección técnica.
Emelec, el equipo más exitoso de la última década -consiguió cuatro títulos y cuatro vicecampeonatosha tenido nueve timoneles en ese lapso y algunos de ellos se marcharon por mejores propuestas (Jorge Sampaoli a Universidad de Chile, Gustavo Quinteros a la selección ecuatoriana). Hoy apunta por la línea española.
“Los hermanos Rescalvo están haciendo un trabajo muy profesional, e implementan metodologías que resultarán en consecuencias beneficiosas, aun después de su estadía al mando del cuerpo técnico”, dijo Nassib Neme, presidente del tricampeón.
Guillermo Almada logró lo que hace mucho tiempo no se veía, permanecer en Barcelona desde 2015 hasta mediados de 2019. El Ídolo vive del resultado, prueba de ello es que su sucesor, Leonardo Ramos, duró seis meses en el cargo.
El vicepresidente de Macará, Héctor Salazar, aseguró que Paúl Vélez tiene firmado contrato hasta el 2021, porque la finalidad es continuar con el proceso que ha tenido el club.
En Técnico Universitario sus directivos no se pronuncian sobre si renovarán o no el contrato de José ‘Cheché’ Hernández. Igual situación vive Martín Cardetti en Mushuc Runa.
A Pablo Repetto se le cuestiona mucho el estilo defensivo que utiliza, pese a tener un lujo de plantel, sin embargo hizo una buena Libertadores, está en playoffs y es finalista de la Copa Ecuador, ratificando así aquel axioma de que los técnicos son hijos de los resultados.
EMERGENCIA 7
TÉCNICOS comenzaron y terminan el año al mando de sus equipos: Vélez, Escobar, Bustos, Repetto,
Zuleta, Dillon y Gavilánez.