Un vuelo de gaviota con rimas y versos
La escritora María Rosa Espinel publica su segundo ejemplar. La obra cuenta con 40 poemas variados
La combinación de rimas y versos fue el principal bastón de la escritora guayaquileña María Rosa Espinel, cuando inició en el mundo de las letras. Tenía solo doce años y cada experiencia era una historia nueva por contar.
Fueron muchos los recuerdos y las anécdotas que tuvieron que ser recopilados en un ejemplar. Pero, como cualquier artista que necesita una inspiración, una gaviota abrió sus alas y Espinel cristalizó la obra; su segunda publicación: ‘A vuelo de gaviota’.
Son 40 poemas donde se evidencian diversas temáticas, pero aseguran un ‘levantamiento’ a quien lee cada uno de los capítulos. Sobresalen alegrías, pérdidas y las cosas maravillosas que da la vida.
“Para escribir un verso hay que volar con la imaginación. Por eso me siento identificada con esta ave”, subrayó la escritora durante la presentación del libro, que se realizó en el lobby del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC).
En sus líneas se percibe su contribución a la cultura, letras y vida. El compartir con sus seres más cercanos es parte del contenido y allí están ellas, las once, quienes siempre la escucharon rimar.
Las describe: altas, serias, traviesas, sencillas, ordenadas, morenas, artistas, madres... “Siendo doce, somos una, enlazadas, casi atadas con cinta de terciopelo que dice Hermanas en la amistad. La vida tiene caminos, no se sabe nunca mucho hacia dónde ellos van, pero se buscan las almas destinadas a hermanar”, se lee en el apartado dedicado a ellas.
El día del lanzamiento estuvieron allí junto con los familiares y otros amigos más cercanos. Fueron ellos, quienes también le brindaron un homenaje a la escritora. Hubo música de José José y hasta reencuentros.
El doctor Fernando Aguirre Palacios recalcó el trabajo de la autora. Sus palabras fueron complementadas con la lectura de algunos de sus versos para
BIOGRAFÍA DEL AUTOR. Nació en Guayaquil el 5 de noviembre de 1946. Es escritora y desde los doce años está vinculada en el mundo de las letras. Ganó un premio en Quito por su poema ‘La definición del abuelo’. Publicó algunos artículos en diarios y revistas del país. cerrarlas con una “invitación a versos y prosa que presagia los difíciles momentos que atraviesa la humanidad. Se percibe el amor por la cultura...”.
Llegó el momento que Espinel suba al escenario y fue entonces cuando recordó algunos de los capítulos ‘Posesión, ‘Negación’, ‘Consecuencias’ y ‘El llamado’ o el de una niña que no puede mirar el mundo. Sin embargo, hay uno en particular, el ‘Mesonero de Belén’, que aborda el nacimiento del niño Jesús.
“El Dios ha venido, el Mesías niño... si no hubiera sido por el vil metal pudo haber nacido aquí, en mi hostal...!!!”, encierra el final del relato dedicado al hombre rudo con manos callosas del tiempo.
La nostalgia se hace presente con la dedicación de un capítulo a su padre fallecido. Esto evidencia que ninguno de los relatos tienen alguna relación.
En tanto que al término del ejemplar, la gaviota sobresale. Es su tiempo de volar. Espinel es como ella. Su similitud lo describe como aquella que cruza en alto vuelo, con las alas extendidas, con errores y con aciertos; leyendas y realidades, rimas, sentires y cantares...
Ya al finalizar continuó con su inspiración, pues “esta gaviota en vuelo la llevé por el sendero de un universo”.
Lo mío era escribir poesía y jugar con la rima. Plasmar en una hoja en blanco los deseos, afanes, novedades, temores,... MARÍA ROSA ESPINEL escritora