Una princesa hawaiana, su esposa y 200 millones en juego
Con permiso del venerado clan Kennedy, Estados Unidos no tiene ni ha tenido nunca una familia real. Sin embargo, el lejano Hawái siempre se ha regido por sus propias normas. De ahí que el archipiélago sí cuente con una princesa: Abigail Kinoiki Kekaulike Kawananakoa. O, simplemente, Kekau. A sus 93 años, la última miembro de la casa de Kawananakoa es toda una institución en las islas. Es la bisnieta de James Campbell, uno de los últimos y mayores terratenientes de las plantaciones de azúcar del lugar, y proviene de la denominada por sus habitantes “familia real”, que gobernó Hawái hasta 1893.
Ahora, toda una trama gira en torno a la princesa y su dinero. Y en ella están implicados la propia princesa, su esposa, sus abogados, los bancos del lugar y hasta sus empleados.
Abigail es una mujer generosa y cariñosa con sus paisanos. También posee los mimbres para serlo: amasa una fortuna de casi 200 millones de euros. Volcada en la filantropía, en los últimos años se ha hecho cargo del mantenimiento del Palacio ‘Iolani de Honolulu, la última residencia real, ahora transformada en museo.
Todo cambió para Kawananakoa en 2017, cuando sufrió un infarto que minó su salud y puso su vida patas arriba. Quien había sido su abogado durante años, Jim Wright, aseguró que Abigail había perdido su capacidad para ser administradora de sus bienes y fondos, y que por tanto él sería el siguiente administrador. La princesa no estuvo de acuerdo y lo despidió.
Además, decidió casarse con quien había sido su pareja durante dos décadas, Veronica Gail Worth, y a su vez convertirla en administradora de esos fondos. Entonces comenzaron las sospechas. En un juicio celebrado en la corte de Hawái hace un año se decidió que la nonagenaria princesa no tenía la “capacidad mental” para hacerse cargo de su dinero, como explicó el diario New York Post. El juez aceptó que Jim Wright, el abogado, saliera de la administración, pero solo a cambio de que el banco First Hawaiian fuera quien controlara los fondos. Sin embargo, la semana pasada la princesa tuvo que volver al banquillo. Acompañada de su esposa Veronica, de su eterno chihuahua y de un nuevo abogado llamado Bruce Voss, volvió a pelear por el control de sus 200 millones de euros.
Una de las cuestiones que ya estuvo presente en el juicio de 2018 y que ha vuelto a salir a la luz es cómo está cuidando Veronica Gail Worth, de 66 años, de su anciana esposa. Quienes conocen a la princesa aseguran que su flamante esposa “ha abusado físicamente de Kawananakoa”, como recogía hace un año The Guardian.
Por el momento, el juez ha determinado que si la princesa Abigail Kawananakoa quiere volver a tener el control de sus bienes, tiene que someterse a una revisión médica completa. Por su parte, la protagonista de esta historia dice poco al respecto, más allá de que es una situación triste. “Mi legado me dicta que debo cuidar del pueblo de Hawái”, asegura. Un pueblo preocupado y dividido por su querida princesa.
93
AÑOS tiene la princesa Abigail, quien ahora enfrenta un juicio para recuperar
su fortuna.