ZAMBRANO FORJÓ SU ÉXITO EN LOS CHASQUIS
El atleta colombiano, vicecampeón mundial, encontró en Quito la preparación ideal junto a sus amigos Álex Quiñónez y Marisol Landázuri
Es actualmente el atleta colombiano más destacado tras ganar la presea de plata en el Mundial disputado en Doha y una de las principales cartas a medalla en los Juegos Olímpicos Tokio 2020.
Pero el éxito de Anthony Zambrano tiene a Ecuador como protagonista. El velocista, que a los 18 años ya pensaba en el retiro por una lesión, se unió al grupo que entrena en la pista de Los Chasquis, en Quito, bajo las órdenes del entrenador cubano Nelson Gutiérrez, lo que le cambió la vida.
En nuestro país tuvo el respaldo de Gutiérrez y del fisioterapista Caridad Martínez, fortaleció su amistad con la atleta Marisol Landázuri y estableció una relación de hermanos con Álex Quiñónez.
“Desde que llegué a Quito me acogieron muy bien, me respaldaron, me siento feliz, es mi segunda casa. Tengo a mi entrenador, a mi fisio, mis amigos, tengo todo, solo me falta traer a mi mamá”, contó a EXPRESO el especialista en los 400 metros planos.
Recuerda que en 2016, tras
una charla con Landázuri en Colombia, tomó la decisión de llamar a Gutiérrez para que lo entrene. Y fue la elección correcta, ya que en poco tiempo logró clasificar a Río 2016, como parte de la posta 4x400.
Tras esta participación sufrió una lesión, por la que estuvo cerca de un año fuera de las pistas, y que hizo que Zambrano piense en el retiro, pero el técnico y su equipo, al igual que sus compañeros de entrenamientos, fueron clave para que se recupere con paciencia.
“Mira lo lejos que hemos llegado. Ahora soy campeón sudamericano, panamericano y vicecampeón mundial gracias a ellos”, cuenta orgulloso.
Resalta la importancia de trabajar en equipo, ya que se ayudan a potenciarse y corregir falencias, “lo que nos hace más fuertes. Con Álex nos motivamos mutuamente, es como mi hermano”.
Precisamente Zambrano y Quiñónez fueron los únicos atletas sudamericanos que consiguieron medallas en el campeonato mundial.
Esta conquista hizo que a Anthony lo reciba hasta el presidente colombiano Iván Duque, y le abrió las puertas para conseguir respaldos.
“Me entregaron un departamento y ahora mi meta es poder darle una casa a mi mamá (Miladis Zambrano). Ella se esforzó mucho para que pueda practicar deporte y todas mis medallas son para ella”, confesó el velocista que espera traerla a Ecuador para la recta final de la preparación hacia los Olímpicos.
Para esta competencia prefiere no ofrecer preseas sino el trabajo diario. “Nunca me comprometo, que pase lo que tenga que pasar. Calladito sale todo mejor”, reflexiona el velocista de 21 años, que tiene claro que el siguiente paso es obtener la medalla de oro, “no sé en qué competencia, pero con pasos firmes tengo la seguridad que llegará”.
El oriundo de Maicao, en la costa de Barranquilla, vive en Quito con el fisioterapista Martínez, el mismo que acogió a Quiñónez en su regreso a las pistas, y al que cataloga como su papá.
Otro de sus objetivos es bajar de los 44 segundos a su marca personal (44,15) y tiene claro que lo conseguirá, ya que “estoy rodeado de gente positiva, que me impulsa siempre a dar más. Es un honor estar entrenando en Ecuador. Somos dos medallistas mundiales los que practicamos en Los Chasquis”, sentenció Zambrano.