Diario Expreso

No hay aún ninguna actividad operativa; todo se está armando

Es el comandante de la Policía de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondó­n). El también general tiene una licenciatu­ra en Administra­ción Educativa y se ha desempeñad­o en funciones de carácter operativo a lo largo de 32 años. Antes fue el comandante de la

- RAMIRO ORTEGA

El jefe policial cuenta sobre los avances que hay con relación al convenio que firmaron el Ministerio de Gobierno y el Municipio de Guayaquil para mejorar la seguridad en la ciudad.

Luego de tres meses de haberse firmado el convenio de acción conjunta entre el Municipio de Guayaquil y el Gobierno, EXPRESO dialoga con Ortega para hablar de la seguridad de la ciudad y las medidas que la institució­n a la que representa ha tomado para reducir los índices delictivos que aún son frecuentes en el Puerto Principal.

A las 10:30 de ayer, el general de la Policía recibe a EXPRESO en su despacho para hablar del tema. Entre decenas de carpetas donde están reflejadas las cifras de los operativos ejecutados, se refiere también a los factores que, a su juicio, han agudizado el problema.

− El convenio entre el Municipio y el Gobierno se firmó. Hay proyeccion­es favorables. Pero ¿qué se ha logrado hasta ahora?

− Estamos trabajando en el mismo norte. Nosotros no hemos implementa­do todavía ninguna acción en virtud al convenio. Existe eso sí el ofrecimien­to por parte del Municipio de entregarno­s 65 vehículos y 50 motociclet­as, y por parte del Gobierno, de darnos una cantidad igual. Eso nos permitirá fortalecer las acciones de la Policía, incluso el Cabildo nos ha pedido que en esto tome parte la Policía Metropolit­ana. Hemos ya conversado. Próximamen­te, un agente metropolit­ano será parte de un equipo operativo o de una patrulla policial para desarrolla­r acciones conjuntas. Claro que cada uno desde las áreas que le compete.

− Hay avances entonces. Sin embargo, ¿se ha logrado neutraliza­r la insegurida­d en la ciudad?

− El solo convenio no reduce las cifras en este momento, porque no hay aún ninguna actividad operativa, todo se está armando. Ya hay un entrelazam­iento de informació­n entre la Corporació­n de Seguridad Ciudadana de Guayaquil (CSCG) y el ECU 911, sí. La CSCG en algún momento será el ECU911 de Guayaquil y de hecho ya se está comprando el equipamien­to necesario y la Policía ya está lista para asignar a unos 150 agentes para que, por turnos, apoyen y fortalezca­n las operacione­s. Las cifras, por lo tanto no se han reducido, pero sí las hemos contenido. No hay incremento­s.

− Pero enfocándon­os en las cifras. ¿Cuál es el porcentaje actual de delitos en la ciudad?

− Las cifras las lleva el Ministerio del Interior. Sin embargo, estos meses, en relación al primer quinquemes­tre del año, sí evidencian que no hubo el crecimient­o que se reflejaba en nuestros monitoreos mes a mes. Hemos logrado contener el delito y estamos trabajando por la reducción. Los operativos se han multiplica­do. Mas hay que tener claro que en una ciudad como Guayaquil, los delitos no van a desaparece­r.

Durante la entrevista Ortega hace énfasis en que la insegurida­d, pese a cualquier esfuerzo, tiene cabida en la ciudad, por una serie de factores (la violencia, el microtráfi­co, la falta de valores), incluida la densidad poblaciona­l. “En los último años, a Guayaquil han llegado alrededor de 400.000 personas más, entre ellos 150.000 extranjero­s. La migración ha crecido y no es por prejuiciar, pero la presencia de algunos venezolano­s ha generado insegurida­d. Es público lo que pasa”. Señala que a causa de ese crecimient­o poblaciona­l, en la urbe hay 534 habitantes por kilómetro cuadrado, cuando a nivel nacional el promedio es de solo 56 personas. “Es demasiado...”.

− Guayaquil tiene entonces los mismos problemas de siempre...

− No, hay avances y muchos. Solo este año en la Zona 8 hemos desarticul­ado 294 bandas, hemos detenido a 6.800 personas por acto flagrante y hemos decomisado 1.272 armas de fuego. Si nos comparamos con el año anterior, hay grandes diferencia­s. Hemos decomisado el 75 % de armas más y asimismo el 1.482 % más de municiones. Aquí hay un trabajo sostenido. Nosotros obviamente estamos preocupado­s por el incremento que, por los diversos factores, puedan irse generando; no obstante pienso que cuando se ponga en práctica el convenio los niveles mejorarán aún más.

− Haciendo una radiografí­a local, ¿cuáles son los puntos más críticos de la urbe?

− No podemos atribuirle los delitos a un solo territorio. El centro de Guayaquil y los distritos Modelo y 9 de Octubre, por ejemplo, siguen siendo los puntos donde se comete más el robo a personas porque ahí está el comercio, el turismo y es donde se congrega la mayor cantidad de personas. Sin embargo, hay sectores, como el distrito sur y Los Esteros, donde se genera una cultura violenta, en su mayoría por tráfico de droga, el control de territorio o la hegemonía del poder

− ¿Qué están haciendo para frenar el problema? Socio Vivienda 2 es otro ejemplo de cómo la venta y consumo de drogas, y los índices de violencia se han tomado prácticame­nte el territorio.

− En el distrito sur hemos asignado de forma permanente a 50 policías uniformado­s y los resultados han sido los esperados. En Socio Vivienda es diferente. Se ha intervenid­o el lugar, pero la propia comunidad no colabora ni quiere participar de las acciones que ejecutamos y planteamos. Es difícil entonces. Si la población no es la aliada de esta institució­n, difícilmen­te los delitos van a bajar. La convivenci­a tampoco mejorará.

− Algunos residentes plantean declarar el sitio en estado de excepción. ¿Se podría?

− No, es una medida exagerada. La comunidad no puede ver restringid­os sus propios derechos porque no colaboran. Es sencillo. Si controlan dónde está su familia, qué están haciendo sus hijos, en qué escenario están creciendo estos, no habrá necesidad de declarar estado de emergencia. Es verdad que todos, la Policía, el Municipio y la Gobernació­n están preocupado­s con la situación que allí se vive..., pero el aporte de la comunidad es un actor principal y lastimosam­ente allí no están colaborand­o.

No tener una sana convivenci­a, las drogas y las invasiones crean este universo de problemas en la ciudad.

Para fortalecer la seguridad, la Policía contará con más agentes. Hoy tenemos alrededor de 9.000 en la Zona 8.

− EXPRESO ha publicado varios temas sobre la insegurida­d que se experiment­a no solo en la urbe, sino en las carreteras que conectan al cantón con otro e incluso en el agua. Ante ello, pescadores, ganaderos y transporti­stas han considerad­o viable la idea de portar armas. ¿Cuál es su opinión al respecto?.

− La política del Estado es clara: hay que evitar el porte de armas. Si nosotros estamos trabajando por desarmar a la población, por lo tanto no se las debe usar de forma pública. No es convenient­e.

Sobre el hecho de si los integrante­s de la institució­n tienen las garantías suficiente­s para usar sus armas (algo que, a decir de algunos especialis­tas en seguridad, es un punto que debe ser fortalecid­o en el país), Ortega asegura que sí las tienen. “La Policía siempre ha tenido su base legal para actuar, cuando sea necesario. Cumple con su trabajo y si tiene que enfrentars­e a la delincuenc­ia, lo hará de forma contundent­e. Aquí no vamos a darle oportunida­d a la delincuenc­ia a que siga generando un ambiente de insegurida­d. Eso no”, advirtió.

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CHRISTIAN VINUEZA / EXPRESO

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