Sobre el cerro Santa Ana
Guayaquil es un ícono en el desarrollo urbano a nivel local, regional, nacional e internacional, donde la marca “regeneración urbana” se ha vendido como una fórmula de modelo de gestión para ser aplicada en cualquier territorio o ciudad. Pero algo evidenciado décadas después es que no ha existido un monitoreo y evaluación integral de las áreas regeneradas, donde no solo se busque tener los “datos positivos y mediáticamente vendibles” para mantener la ilusión del éxito del modelo de Guayaquil; sino poder contar con información de los problemas suscitados años después, como es el caso del cerro Santa Ana.
Tras la nota del diario Expreso de los problemas socioeconómicos del cerro se procedió a la clausura de los locales que “incumplían”
acuerdos con el Municipio, pero la lógica en planificación territorial y urbana, dictamina que ante un problema urbano, se requiere un análisis y diagnóstico para evaluar posibles escenarios de solución siempre en pro del bienestar ciudadano. Al clausurar los locales, solo se generó más problemas a la economía de emprendedores y guayaquileños.
Es tiempo de que la administración sea autocrítica y genere nuevos lineamientos y mecanismos de participación ciudadana y planificación territorial, para evitar acciones que den a lugar casos como impacto social de Guayarte y parque Urdesa, rejas en espacios públicos, dificultad para peatones, entre otros.
Luis A. Saltos Espinoza