Diario Expreso

“Estoy dispuesto a volver a Bolivia y, para pacificar, no ser candidato”

- JAVIER LAFUENTE

Apenas lleva 48 horas en Ciudad de México y su agenda ya es frenética. Durante la conversaci­ón, en una sala del edificio frente al zócalo de Ciudad de México, insiste en que es víctima de un golpe de Estado gestado desde varios frentes; urge a parar los enfrentami­entos; se rehúsa a ahondar en las acusacione­s de fraude en las elecciones del 20 de octubre y asegura que el anuncio de nuevos comicios, tras su dimisión, llevaba implícito que él no sería candidato.

− ¿En qué momento decide renunciar a la presidenci­a?

− El golpe de Estado empezó el 21 de octubre, después de las elecciones, con la falsa acusación de que había fraude. Ahora me doy cuenta de que la denuncia es el verdadero fraude. Durante dos semanas se va intensific­ando y el golpe se consuma cuando la policía se amotina y pasa a ser golpista. Pedimos un diálogo con los cuatro partidos que tienen representa­ción parlamenta­ria. Para evitar muertos y heridos, yo digo que no haya segunda vuelta sino elecciones y sin Evo candidato, con nuevos miembros del tribunal electoral. Y siguieron agrediendo. Hasta que renuncié, no había muertos de bala. Después, van cuatro o cinco.

− Poco antes de dimitir, el jefe del Ejército sugirió su renuncia. ¿Cómo lo interpretó?

− No lo puedo entender, tenía buenas referencia­s del general Kaliman. Yo había hablado con las Fuerzas Armadas, me dijeron que ellos se iban a mantener ahí. Después, pidieron mi renuncia. Es otra prueba más del golpe. Evidenteme­nte, me siento traicionad­o, pero no solo eso.

Hemos invertido para equipar a las Fuerzas Armadas todos estos años, pero no para que vayan contra el pueblo, sino para defender la patria. No sé en qué parte de la historia quedarán, pero se equivocan.

− Estos días ha repetido su opinión de lo que ocurrió, pero para mirar hacia adelante, ¿qué solución ve a la crisis?

− Lo primero es que pare de haber muertos y heridos. Es responsabi­lidad del Ejército y la Policía Nacional. Con un presidente indígena nunca pensaron en el toque de queda, en el estado de sitio. Dan el golpe de Estado para defender a la gente pudiente. Usan los aviones y helicópter­os para amedrentar al pueblo. Esto es un problema de clases. Mi pedido es que haya un diálogo nacional, donde estén los comités cívicos, las fuerzas políticas, la derecha, donde estén los movimiento­s sociales, el Estado, el Gobierno. Si Álvaro (García Linera) y yo hemos renunciado es para pacificar, para que no sigan con violencia.

− ¿Usted quiere participar en ese diálogo?

− Si fuera importante, ningún problema. Durante años hemos reunido al campo y la ciudad. Ahora hay grupos de Santa Cruz, (Luis Fernando) Camacho y Carlos de Mesa, que generaron violencia. Por intereses han hecho odiar al pueblo. Usar la Biblia, a Jesucristo para discrimina­r… ¿Qué es eso? ¿En qué tiempos estamos?

− ¿Quién manda ahora?

− No hay autoridad, será esa presidenta autoprocla­mada inconstitu­cionalment­e.

− ¿A quién le atribuye más control en el país?

− No sé, no puedo decir. Es el mando militar y el policial.

− ¿Cuánto tiempo pretende permanecer en México?

− Ahora mismo quiero irme. Si puedo aportar a la solución pacífica, después de mi renuncia, lo haré.

− Mucha gente piensa que su vuelta implicaría un regreso al poder. ¿Estaría dispuesto a renunciar a ello y a ser candidato?

− Mire, en la madrugada del domingo la OEA ya tenía listo el informe preliminar haciendo ver que había habido fraude. El compromiso era otro, porque nos habían dicho que no lo tendrían listo entero hasta el 12 y nos pidieron hasta el 13, es decir hasta hoy (día de la entrevista). Yo pedí que me contactara­n con el secretario general, Luis Almagro, a las tres o cuatro de la mañana, pero no quiso. Hablé con su jefe de Gabinete, Gonzalo Koncke, le dije que con ese informe iban a incendiar el país, que iba a haber muertos. Dicen que gané, pero no con claridad, entonces debería haber segunda vuelta, pero no, quieren nuevas elecciones. Es una decisión política.

− Le reitero la pregunta: ¿usted está dispuesto a volver al país y no seguir en el poder ni ser candidato con tal de pacificar?

− Claro. He renunciado y sigue la violencia.

− Hace un mes, durante la campaña, me dijo que si por usted fuese ya se habría retirado. ¿Se arrepiente de haberse vuelto a presentar para seguir en el poder?

− No tengo por qué arrepentir­me. Acepté con fuerza y alegría que fueron mis hermanos los que me dijeron: “Tu vida no depende de ti, depende del pueblo”. Mientras haya vida, seguiré en política.

Lo primero es que pare de haber muertos y heridos. Es responsabi­lidad del Ejército y la Policía Nacional. El golpe de Estado inició el 21 de octubre, después de las elecciones, con la falsa acusación de fraude.

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PEDRO PARDO / AFP

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